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Málaga 1 - 0 Valencia

Málaga: Kameni; Gámez, Demichelis, Weligton, Eliseu; Cazorla, Camacho, Maresca (Duda, m.70), Joaquín (Sebastián Fernández, m.84); Isco y Rondón (Van Nistelrooy, m.74).

Valencia: Guaita; Barragán (Pablo Hernández, m.81), Rami, Ricardo Costa, Mathieu (Topal, m.81); Feghouli, Maduro, Tino Costa, Jordi Alba; Piatti y Soldado (Aduriz, m.66).

Gol: 1-0, M.27: Camacho.

Árbitro: Fernando Teixeira Vitienes (Colegio Cántabro). Expulsó por doble amarilla al visitante Feghouli, que las vio en los minutos 42 y 60. También amonestó a los jugadores del Málaga Camacho (m.16), Demichelis (m.43) e Isco (m.47), y a los del Valencia Maduro (m.19), Ricardo Costa (m.64) y Jordi Alba (m.89).

El Málaga ganó hoy 1-0 al Valencia, rival directo por los puestos de Liga de Campeones, aunque ambos siguen en esa zona de privilegio y ahora igualados a puntos: los valencianos, que salen «tocados» tras otra derrota, terceros -por la diferencia particular de goles-; y los malagueños, cuartos y en alza.

Tras el palo sufrido por no alcanzar la final de la Liga Europa, el Valencia tenía la opción de resarcirse ante un rival que pugna por arrebatarle la tercera plaza, algo que desperdiciaron los del chileno Manuel Pellegrini al ganar solo por la mínima y perder así en la diferencia particular de goles, pues en Mestalla cayeron 2-0.

Sin embargo, en un choque fundamental para ambos equipos, los de Unai Emery no tuvieron su día, jugaron con diez la última media hora por expulsión de Feghouli y cosecharon su segunda derrota seguida fuera -han sacado un solo punto en sus últimas cuatro salidas-.

El conjunto valenciano, en un principio más fatigado por el encuentro que disputó el pasado jueves de la Liga Europa, volvía a su campo talismán, donde solo había perdido una vez, e intentó de inicio hacer valer su mayor experiencia en estos partidos clave, pero el Málaga, apoyado por su público y la ilusión, se lo impidió.

Los malagueños tuvieron la baja de última hora por lesión de Nacho Monreal, por lo que el portugués Eliseu Pereira volvió al lateral izquierdo, posición donde comenzó la temporada, mientras que Unai Emrey no pudo contar con el medio David Albelda, sancionado.

El Valencia, sabiendo lo que se jugaba, salió muy ofensivo, encerrando al Málaga en su propio campo y con la velocidad del argentino Piatti, que avisó en los primeros minutos con una jugada personal, aunque no supo definir cuando a su derecha tenía a su compañero Soldado, completamente solo delante del guardameta Kameni.

Al Málaga, por su parte, le asaltaban las dudas. El italiano Enzo Maresca, en el medio campo, tenía muchos problemas para tocar el balón y Santi Cazorla entraba poco en juego, con lo que los malagueños se toparon con excesivos inconvenientes en la creación.

Pasaban los minutos y los locales ni se acercaban a la portería de Guaita, hasta que Eliseu enganchó un disparo desde veinte metros que desvió lo justo el guardameta valencianista para que el balón repeliera el poste. A partir de ahí, hubo momentos de transición, en un partido muy táctico por parte de ambos equipos.

El Málaga lo intentó por las bandas con centros. En uno lanzado desde la derecha por Gámez, Camacho remató con la cabeza y el hombro para adelantar a su equipo con el 1-0 a la postre definitivo, en el minuto 27. Así, cuando nadie lo esperaba, los locales dieron el primer paso, tras lo que se llegó sin más al descanso.

En la reanudación, el Málaga, viendo que el Valencia acusaba el cansancio, se fue a sentenciar el choque con disparos de Cazorla y Joaquín, que paró Guaita, y en otro remate posterior, tras un robo del venezolano Rondón, que salió fuera.

El Valencia tenía muchos inconvenientes para elaborar su juego por su cansancio físico y, además, los problemas se seguían acumulando para los visitantes, ya que el centrocampista Feghouli fue expulsado en el minuto 60 por doble amarilla.

Con superioridad numérica, el Málaga llegó en esta fase del partido a la portería contraria, pero sin excesiva contundencia. Sólo en los instantes finales, un disparo al larguero de Cazorla y un cabezazo del holandés Van Nistelrooy, que desvió Guaita, le hicieron vislumbrar la opción de ampliar su renta, pero sin éxito.