TW
0

Levante 0 ? 0 Sporting


Levante: Munúa, Javi Venta, Nano, Ballesteros, Juanfran; Xavi Torres, Valdo (Xisco Nadal, m.60), Jefferson Montero, Iborra; Rubén (Xisco Muñoz, m.79) y Caicedo (Stuani, m.84).

Sporting de Gijón: Juan Pablo, Lora, Hernández, Botía, Jose Angel; Ayoze, Eguren, Rivera (Nacho Cases, m.86), De las Cuevas (Carmelo, m.68); Nacho Novo y Barral (Bilic, m.61).

Àrbitro: Alvarez Izquierdo (C. Catalán). Amonestó por el Levante a Iborra y Xisco Nadal, y por el Sporting a Nacho Novo y Bilic.

Mucho se había hablado antes del partido de que el empate podría ser satisfactorio tanto para el Levante como para el Sporting para que ambos dejaran casi certificada la permanencia y finalmente así fue, en un flojo encuentro en el que ninguno quiso arriesgar y que acabó lógicamente sin goles.

El Levante saltó al terreno de juego más decidido y desde el primer minuto se hizo con el control del balón ante un Sporting a la expectativa y bien pertrechado atrás.

Los valencianos salieron en los primeros minutos en busca del gol y pronto pudieron encontrarlo en un remate de cabeza de Caicedo que vio puerta pero fue anulado por fuera de juego del ariete ecuatoriano.

Apenas unos minutos después fue Xavi Torres quien pudo abrir el marcador con una gran volea desde la frontal pero se encontró con una fenomenal respuesta del meta Juan Pablo que envió a saque de esquina. Ahí se acabaron las hostilidades.

Conforme avanzaba la primera parte el Levante se iba desinflando. Mantenía la posesión pero perdía verticalidad. El Sporting comenzó a pisar campo levantinista sobrepasada la media hora de juego, pero fue incapaz de poner una sola vez en apuros al portero Munúa.

La reanudación del partido no supuso sobresalto alguno. El partido seguía jugándose a un ritmo cadencioso, sin llegadas de peligro, lo que provocó que se oyeran algunos silbidos y gritos de «que se besen» en las gradas, ante el penoso espectáculo ofrecido por ambos equipos.

Si ninguno de los dos equipos había arriesgado durante el transcurso del partido mucho menos lo hicieron en el tramo final del encuentro, que de forma anodina fue tocando a su fin ante la irritación general de los aficionados.