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La presencia del guardameta Miguel Angel Moyá en la portería del Valencia «apaga» a su equipo de la misma forma que la de su compañero César Sánchez le hace ver la luz, tal y como ocurrió en el transcurso del encuentro Valencia-Mallorca del sábado, que el conjunto valenciano perdió por 1-2.

Sin ser culpable de la derrota de su equipo, ni de ninguno de los dos tantos que recibió el Valencia, la aportación del guardameta mallorquín está por debajo de las prestaciones que habitualmente ofrece el portero titular César Sánchez.

César no jugó contra el Mallorca como consecuencia de una pequeña rotura fibrilar que impidió su alineación y que dejó por primera vez al portero extremeño fuera de una formación de su equipo en la presente campaña.

Miguel Angel Moyá no pudo detener el penalti que puso el 0-1 en el marcador en los primeros compases del partido y realizó una parada espectacular en la acción previa al 0-2, tanto que llegó al aprovechar Castro el rechace del balón tras la buena intervención de Moyá.

Pese a ello, el plus que transmite César al equipo está lejos de llegar a los compañeros cuando es Moyá quien está en la portería, tal y como ocurrió en el encuentro ante el Mallorca.

En este partido, el portero suplente del conjunto valenciano no contribuyó a imprimir al equipo la energía necesaria para tratar de neutralizar la desventaja que tuvo el Valencia desde el sexto minuto del encuentro.

Los balones que tocó con el pie salieron fuera del campo con mayor frecuencia de la esperada y contribuyó lo justo al inicio del fútbol ofensivo de su equipo, sin tener, por otra parte, que tener que realizar ninguna intervención de importancia, salvo la que tuvo en el segundo tanto visitante.

Es cierto que a Moyá le falta ritmo de competición, pero, visto desde la grada, el jugador trasmite en exceso la inevitable tristeza que genera la suplencia.

El disputado ante el Mallorca ha sido su primer encuentro oficial de esta temporada, en la que habitualmente ha viajado como suplente, aunque en alguna ocasión, en el partido de Liga ante el Racing, no entró en la convocatoria.

Miguel Angel Moyá llegó al Valencia al principio de la campaña 2009-2010 procedente precisamente del Mallorca y llamado a ser titular del equipo que había contratado al veterano César seis meses antes con la única intención de que sirviera de ayuda para resolver un problema puntual tras la lesión del brasileño Renan Brito.

Sin embargo, tras participar en los cinco primeros partidos de la pasada Liga, en los que recibió nueve goles, Emery optó por dar la titularidad a César, que ya no la perdió hasta el final del campeonato.

Prueba de ello es que, entre octubre de 2009 y mayo de 2010, Moyá sólo jugó tres partidos más en este torneo, uno por sanción de César, y los otros en la dos jornadas finales del campeonato.

Sus oportunidades, sin embargo, llegaron en la Copa del Rey y en la Liga Europa, lo que le permitió completar un total de dieciocho partidos oficiales, en los que le marcaron veinticuatro goles.

Moyá sólo ha ganado uno de los últimos siete partidos en los que ha jugado en Liga, competición en la que las rachas de resultados no le han favorecido, ya que no ha encontrado la suerte ni en el debut en esta Liga ante el equipo de su tierra y en el que se formó el jugador, nacido en Binissalem hace 26 años.

Su último triunfo en Liga con el Valencia llegó ante el Tenerife (1-0) en la última jornada de la temporada pasada y hasta el momento son dos los partidos de esta competición que ha ganado el equipo con el jugador mallorquín en la alineación.