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España solventó con suficiencia el primer compromiso oficial tras la conquista del Mundial 2010, goleó a Liechtenstein para enfilar con autoridad la defensa de la corona continental, con destino en Polonia y Ucrania 2012, y acomete ahora el saldo de cuentas del prestigio ganado en Sudáfrica con el enfrentamiento amistoso contra Argentina en Buenos Aires.

La cita con el cuadro sudamericano está lleno de alicientes para la Roja. Se mide a un combinado plagado de reputación, con dos títulos mundiales en su mochila, con viejos conocidos del fútbol español, estrellas de primera fila y un escenario plagado de leyenda.

El choque en el estadio Monumental del martes próximo es un compromiso distanciado de la oficialidad pero invadido de ingredientes apetecibles para cualquier futbolista. Los últimos grandes acontecimientos han privado a argentinos y españoles, hermanados por tantas cosas, entre ellos la familiaridad y la defensa de intereses comunes por las coincidencias en los respectivos clubes, de medir sus fuerzas con asiduidad. Con frecuencia.

Aunque la última vez que se enfrentaron fue hace menos de un año, en noviembre pasado, en Madrid, en el estadio Vicente Calderón, cuando España se impuso por 2-1 en otro partido amistoso. De hecho, solo se han visto una vez en un Mundial. Fue en Inglaterra 1966, cuando el cuadro sudamericano ganó por 2-1.

Equilibrio

En definitiva, España ha jugado contra Argentina en doce ocasiones. El equilibrio es absoluto. Cinco victorias para cada equipo y dos empates.

La selección española salió airosa del partido ante Liechtenstein. No hubo contratiempos físicos y el triunfo llegó con comodidad. De paso, quedó rehabilitado el carácter goleador de Fernando Torres, protagonista del partido con la autoría de dos de los cuatro goles.

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No marcaba el 'Niño' en partido oficial desde la disputa de la Copa de Confederaciones. Hace más de un año. Y su último tanto con la Roja databa del último amistoso antes de partir hacia Sudáfrica. Contra Polonia en Murcia.
La doble diana de Torres le ubica entre los grandes goleadores del fútbol español. Acumula veintiséis. Y ya ha dado caza a Emilio Butragueño, en la quinta plaza. Tiene a tiro a Fernando Morientes (26) y Fernando Hierro (29).
Más lejos están los dos primeros artilleros de la historia de la selección. Raúl González, con 44 y David Villa, que tiene 43. Fue el Guaje el único lamento en el partido de Vaduz. Vio puerta el asturiano. Pero desperdició una ocasión pintiparada para dar caza al ex madridista y terminar con las ansiedad que le persigue por amarrar el hecho.

España defiende el honor y el prestigio en Buenos Aires. La condición de campeón alimenta las exigencias de la Roja.

«En este arranque es importante conocer los objetivos que tenemos delante. Lo primero que nos debe ocupar es ganar. Volver a la competición. Respetar a todos los contrarios. La clasificación para la Eurocopa. Pero una vez acometido esto también tenemos compromisos ante equipos importantes, aunque sea por el prestigio que tenemos y esos también son importantes, como el partido con la Argentina», reconoció el seleccionador Vicente del Bosque.

La flexibilidad del choque contra Liechtenstein permitió a Del Bosque manejar a sus futbolistas. En el descanso quitó a Xavi Hernández. El partido ya estaba encarrilado. Al poco rato a Andrés Iniesta. Y después a Fernando Torres.

«Vamos a intentar que participen todos los que están aquí. Tenemos muchas posibilidades de hacerlo sin disminuir el nivel del equipo y creo que todos deben sentirse también importantes», desveló Del Bosque después del triunfo ante Liechtenstein.

España jugará ante Argentina el martes y no volverá a entrar en acción hasta el 8 de octubre, cuando afronte la segunda jornada de la fase de clasificación para la Eurocopa. Recibirá a Lituania, en Salamanca. Y cuatro días después acudirá a Glasgow, para jugar ante Escocia.

Posteriormente, el 17 de noviembre, asumirá una nueva defensa de su prestigio. Jugará un nuevo amistoso contra Portugal en Lisboa.