Pep Alomar controla el tiempo en un ejercicio de estiramientos al final de un entrenamiento en Ermelo. | Carlos Román

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Es la mano derecha de la propiedad, pero también accionista del Mallorca o coordinador de la metodología de trabajo en las categorías inferiores. Pep Alomar Serra (Sa Pobla, 1967) ha entrado en el club dispuesto a «ayudar en lo que haga falta» y con varias misiones en la carpeta de asuntos pendientes. Sin embargo, ha viajado a Ermelo con la consigna de llenar el depósito del vestuario con el combustible que utilizarán los futbolistas durante toda la campaña. A pesar de contar con una extensa hoja de servicios, es la primera vez que trabaja al costado de un entrenador que no es Serra Ferrer. Confía más que nadie en el plan que ha diseñado su paisano y está convencido de que en esta nueva etapa el Mallorca dejará atrás la penumbra de los últimos tiempos.

«Con Llorenç el club está en buenas manos», asegura el preparador físico desde su cuartel general en Ermelo. «Está muy ilusionado porque podrá aplicar todos los conocimientos que ha ido asumiendo en todos estos años como profesional. Es verdad que ahora está más centrado en la gestión y que debe controlar muchos departamentos, pero es una persona capacitada para hacerlo porque tiene ojo clínico, sabe lo que quiere y cómo lo quiere. Y yo colaboro con él para que todo funcione y poder poner en marcha un proyecto que ya es real, que ya ha arrancado», explica.

Alomar no cree que el hecho de ser el hombre de confianza de Serra vaya a crearle problemas dentro de la plantilla. «Más bien al revés», señala. «Estoy con el primer equipo para intentar ayudar a Michael (Laudrup) en la preparación física y en otras cosas. Lo que intentamos es trabajar en una serie de vertientes y que el club funcione como estructura en todas sus áreas», matiza.

En cuanto al estado del grupo, Pep es muy optimista. El preparador entiende los gestos de cansancio que han aireado los jugadores durante los últimos días del 'stage', ya no sólo por la carga física que acumulan en las piernas, sino por el agotamiento psicológico que implica pasar casi dos semanas fuera de casa. En cualquier caso, cree que la preparación sigue los plazos correctos y justifica que el plantel se pusiera a principios de julio en movimiento. «Se empezó muy pronto, pero los jugadores venían de tener seis semanas de vacaciones y era necesario comenzar, ya que la Liga acabó muy pronto. Desde esta perspectiva no es descabellado empezar en la fecha en la que lo hicimos, no nos pasará factura. Cuanto más tiempo hubiese estado parados los jugadores más les hubiera costado empezar después de cero. Estamos dentro de los límites correctos», afirma.

El preparador asegura que hasta el momento se están cumpliendo los objetivos y que el plantel llegará en buena forma a la primera jornada del campeonato, aunque él sigue trabajando pensando en la eliminatoria previa a la fase de grupos de la Europa League: «No quiero ni pensar en que no jugaremos esa competición», comenta. «Y tampoco me preocupa el elevado número de encuentros que podamos disputar, porque es lo que le gusta a los futbolistas. Está todo pensado para que el equipo pueda mantener durante todo el ejercicio el nivel que coja ahora».

No obstante, a Alomar, que hace quince años ya fue coordinador del fútbol base del Mallorca, le motiva de manera especial trabajar con la cantera y asegura que «a corto y medio plazo el club podrá disfrutar de un centro de formación para que los jóvenes con talento puedan desarrollarse de forma óptima para llegar a la elite bien preparados».


Último amistoso

El equipo jugará hoy el últmio amistoso del stage ante el FC Utrecht de la Primera División holandesa. El choque se disputará a las 14:30 horas.