Durante todo este tiempo, las jornadas se saldaban siempre con
victoria de ambos equipos, en el mejor de los casos para los
intereses barcelonistas.
En tres ocasiones, jornadas 18, 22 y los seis minutos pendientes
ante la Real Sociedad por una amenaza de bomba en el Santiago
Bernabéu, el Real Madrid había logrado tres puntos, mientras que el
Barcelona se quedaba sin sumar.
Nueve puntos, por lo tanto, era la diferencia recortada por el
conjunto madridista desde que el pasado 5 de enero se disputó aquel
atípico final del partido que se vio interrumpido en su momento por
el desalojo del estadio blanco.
Un gol de Zinedine Zidane rompió el 1-1 con el que se reanudó el
encuentro ante la Real Sociedad e inició una racha para el Real
Madrid de siete partidos como invicto.
El Barcelona, que hasta ese momento había liderado la
clasificación sin sobresaltos, vio cómo en la siguiente jornada el
equipo de Luxemburgo le recortaba otros tres puntos. Era el 9 de
enero y, en apenas cuatro días, la ventaja azulgrana al frente de
la tabla se vio reducida respecto al Madrid en seis puntos.
En esa decimoctava jornada, los jugadores de Vanderlei
Luxemburgo saldaron con un exitoso 0-3 el derbi ante el Atlético de
Madrid, mientras que el Barcelona sufría un duro revés en
Villarreal (3-0).
Los barcelonistas aguantaron la presión en las tres jornadas
posteriores, 19, 20 y 21, en la que mantuvieron las diferencias
gracias a sus respectivos triunfos ante Real Sociedad (1-0), Racing
de Santander (3-0) y Sevilla (0-4).
El técnico Frank Rijkaard se vio favorecido por la disputa en el
Camp Nou de forma consecutiva de los dos primeros encuentros,
mientras que la victoria en el Sánchez Pizjuán estuvo salpicada por
comentarios sobre supuestas ayudas arbitrales.
El 6 de febrero la presión sobre el líder volvió a subir un
grado cuando el Atlético de Madrid sumó los tres puntos en el Camp
Nou (0-2), mientras que el Madrid ataba su sexta victoria
consecutiva, en esta ocasión ante el Espanyol (4-0).
La habitual jornada de transistores que cierra la temporada, con
todos los partidos con intereses en juego coincidiendo en un mismo
horario, se adelantó este año a febrero. El beneficiado por esa
medida fue finalmente el Barcelona, que 45 días después vio cómo
sumaba más puntos que su rival en la lucha por el título, gracias a
su triunfo ante el Mallorca (2-0) y la derrota madridista frente al
Athletic (0-2).
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