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La desigual guerra por los contratos televisivos empieza a remarcar las diferencias entre grandes y pequeños. A poco menos de seis meses para que se agote el actual compromiso, los modestos de la Primera División contemplan a lo lejos un horizonte oscuro, una incertidumbre que puede provocar la bancarrota definitiva de algunos clubes de renombre.

Caso al margen son los dos colosos. Barcelona y Real Madrid cuentan con holgados contratos que se prolongan en el tiempo y se mantienen al margen de toda especulación. Pero uno de los más pretendidos por Audiovisual Sport no pudo resistir la tentación. El Atlético de Madrid cayó en el cebo y, al margen de la postura unificada que defiende la LFP, ha vendido sus derechos hasta junio del 2006. Audiovisual Sport movió pieza y plasmó con una filial de Telefónica, GMAF, un compromiso que reportará al club rojiblanco un montante de 16 millones de euros por temporada a cambio del grueso de los derechos televisivos del Atlético de Madrid, tanto en los encuentros de Liga como de Copa del Rey. El Atlético de Madrid ya había defendido de forma reiterada una postura individualista en aras de una negociación colectiva que parece desplomarse cada vez más tras este nuevo desmarque puntual.