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Ginés Muñoz - BARCELONA
Llorenç Serra Ferrer, un mallorquín de 49 años que ha pasado los últimos cinco de su carrera vinculado a la disciplina de Barcelona, se marcha del club catalán después de haber fracasado como entrenador del primer equipo y sin haber podido realizar la tarea que posteriormente le fue encomendada dentro de la secretaria técnica azulgrana. De ser un entrenador de consenso "si en algo coincidieron los candidatos a la presidencia del Barcelona, hace dos años, fue en darle las riendas del primer proyecto deportivo del 'postnuñismo'" pasó a ser una pieza inútil dentro del engranaje de la entidad, incapaz de amortizar su alto coste con un cargo provechoso para los intereses del club.

'El Brujo de sa Pobla', como se le conoce en el mundo futbolístico, entrenó al Mallorca y al Betis antes de fichar, en 1997, por el Barcelona, donde debía encargarse del fútbol base. Serra Ferrer, quien se ha definido siempre como «un culé de toda la vida», aceptó la propuesta del entonces presidente barcelonista, José Luis Núñez, quien le firmó un contrato blindado por ocho años. El fracaso deportivo de Louis van Gaal hace tres temporadas "la primer de las tres que el club catalán se ha pasado sin ganar nada" trajo consigo la retirada de Núñez y la llegada a la presidencia de Joan Gaspart, quien le concedió a Serra Ferrer la posibilidad de ver su sueño cumplido: entrenar al primer equipo.

Para paliar la fuga de Figo al Real Madrid, Gaspart le fichó a Dutruel, Petit, Overmars, Gerard y Alfonso (con el que ya había coincidió en el Betis) y le nombró director deportivo, cargo que había quedado vacante tras la marcha de Robson al Newcastle. Sin embargo, el equipo no funcionó durante toda la temporada. Después de caer en la Copa de la UEFA ante el Liverpool el 19 de abril de 2001 y la derrota tres días después (3-1) ante el Osasuna en Liga, el 23 de abril fue destituido como entrenador y sustituido por Carles Rexach. Dejó el banquillo con el equipo en quinta posición de la Liga a siete jornadas para finalizar y a 17 puntos del líder (Real Madrid), pero mantuvo su cargo como máximo responsable de la secretaría técnica.

La temporada pasada, con Rexach compaginando la dirección técnica y el banquillo azulgrana, no se sabía a ciencia cierta, ni siquiera desde dentro del club, a qué se dedicaba Serra Ferrer en el Barça. El entrenador mallorquín se encontraba instalado en un despacho en el que supuestamente se encargaba de realizar informes sobre jóvenes futbolista con proyección. Los más de 4 millones de euros que le costaba a la entidad catalana rescindir los tres años que le quedaban de contrato, desaconsejaban cualquier movimiento en esa dirección. Pero con la vuelta de Van Gaal como máximo responsable deportivo, la continuidad de Serra Ferrer aún tenía menos sentido, y ambas partes han decidido poner fin a su relación profesional.