El presidente de la Federació de Fútbol de les Illes Balears, Miquel Bestard.

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La Gran Gala del Futbol Balear escenifica como ninguna otra cita la unión del balompié isleño. El evento, que tendrá lugar mañana en Son Termens a partir de las 20.00 horas, no solo cierra una temporada, sino que permite a la gran familia del fútbol de las Islas disfrutar de una fiesta que reconoce el pasado, el presente y el futuro del deporte rey en el archipiélago y hacerlo en un ambiente distendido. Así lo expresa el presidente de la Federació de Futbol de les Illes Balears (FFIB), Miquel Bestard, que inicia su tercer mandato al frente del organismo con la misma línea de trabajo con la que entró por primera vez en su despacho Son Malferit.

—¿Qué significado tiene la Gran Gala del Futbol Balear para la FFIB?

—Para nosotros es una forma de cerrar la temporada y hacerlo con una fiesta. Es una cita para celebrar la unión del fútbol balear. La gente del fútbol está acostumbrada a luchar contra los problemas que van apareciendo en sus clubes y está habituada a encontrarse en medio de la tensión de la competición, pero la Gran Gala del Futbol Balear es una manera de reunirse en un ambiente distendido y disfrutar aparcando por un momento la difícil situación económica. Nos alegra que la gente esté respondiendo una vez más y prácticamente tenemos garantizado completar el aforo, por lo que rondaremos las 1.000 personas.

—¿Y qué valoración hace de la temporada?

—Mantenemos el mismo discurso desde que llegamos a la federación y creo que lo más positivo es que lo consolidamos, porque lo más importante que se ha hecho es lograr la unión del fútbol. Con humildad y dedicación hemos conseguido que haya paz, orden y una línea de diálogo. Estamos satisfechos por los buenos resultados de la élite con el Mallorca en Primera, cuatro equipos en Segunda B con el Atlètic Balears campeón del grupo tercero y el Binissalem campeón de la Copa Federación, el fútbol femenino en un gran nivel y la Tercera creciendo. Además, creo que podemos afirmar que la base se trabaja mejor que en cualquier otra territorial y la difícil situación económica también ha provocado que muchos clubes apuesten por la cantera y ésta ha respondido. Una de las cosas que más valoro es que cuando llegué a la FFIB había 17.000 licencias y hemos pasado a las 29.000.

—¿Qué opinión le merece el cuadro de honor de la presente edición?

—Como cada año hemos intentado premiar la globalidad de nuestro fútbol. Queremos rendir homenaje al pasado, al presente y al futuro y queremos hacerlo sin olvidarnos de todos los estamentos que integran la familia del fútbol balear. Desde el hombre que marca el campo hasta el que lleva cincuenta años lavando la ropa de un club merecen el reconocimiento. Distinguimos a los campeones de la cantera y a la élite, pero también intentamos tocar la fibra con las distinciones que realizamos a los exjugadores, que son muy sensibles a estas iniciativas porque rememoran la gloria que tuvieron en activo y que muchos olvidan con el paso del tiempo.

—Con unas Botas de Oro especiales esta temporada...

—Por primera vez será una mujer la que recoja la principal distinción, ya que hemos considerado que una jugadora como Melisa Nicolau, con tantos años en la élite y siendo internacional absoluta, lo merecía. El año pasado ampliamos el abanico con el primer jugador de fútbol sala como Miguelín y consideramos que es necesario poner en valor los éxitos de todos, así que este año homenajeamos a Melisa para celebrar el buen momento del fútbol femenino que vivimos en Balears. Además, este año hemos querido tener una distinción especial con carácter histórico para Paco Soler y Gabi Vidal. Hace veinte años del oro en los Juegos Olímpicos y merecen ser recordados por una cita que resultó muy importante para la historia del fútbol mallorquín.

—¿Qué efecto tiene Vicente del Bosque en el evento?

—Es muy importante para nosotros tener al seleccionador en la gala. Es un año importante en el que ha llevado a la selección al título de campeón de Europa y no es nada fácil ser campeón de Europa y del Mundo, así que también le daremos la insignia de oro de nuestra federación. Vicente del Bosque es un hombre muy importante por todo lo que ha conseguido a nivel de competición, pero también por los valores que emanan de su gestión de la selección.

—¿Cómo contribuye la FFIB a paliar la difícil situación económica que afecta a los clubes?

—El presupuesto de la federación es el mismo desde que llegamos y no hemos subido ni las cuotas, ni los canons. En la línea de diálogo que mantenemos con todo el mundo del fútbol ha surgido también la posibilidad de crear una comisión de compras para el material y creo que es una buena iniciativa para que los clubes no se vean tan apretados. Debemos saber donde estamos, lo que tenemos y que contamos con el apoyo de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), que es una ayuda inestimable para nuestra territorial y para todas.

—¿Es la nueva sede de la FFIB el gran reto de su próximo mandato?

—Nos hace mucha ilusión la nueva sede y nos esforzaremos para seguir dando pasos, pero nuestra prioridad en el día a día es mantener la línea de trabajo de los últimos años. No podemos abandonar todas las necesidades que existen en el fútbol en un escenario como el actual. Seguiremos trabajando para favorecer a todos los estamentos y que el fútbol siga siendo la mejor herramienta de integración y de promoción de valores para los más jóvenes. Es de elogiar el trabajo que hacen todos los clubes para resistir a las dificultades y desarrollar una labor social al alcance de muy pocas entidades e iniciativas. En cualquier caso, estaremos muy pendientes de la nueva sede porque es un proyecto que ilusiona. Es un bien para nuestro fútbol que quedará ahí para las nuevas generaciones. Serán 17.000 metros cuadrados que serán un patrimonio para el fútbol balear y que concederá muchas posibilidades para ofrecer los mejores servicios y prestaciones.