La ciclista Sara Hammer, en el Palma Arena.

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El nombre de Sarah Hammer (Redondo Beach, California, 1983) está llamado ser uno de los que suene con más fuerza el próximo verano en Londres. La tetracampeona mundial de ciclismo en pista (2006, 2007, 2010 y 2011) en persecución individual y poseedora de la plusmarca universal tiene una cuenta pendiente en la capital inglesa y ha elegido Mallorca como centro de operaciones para preparar el asalto al oro olímpico.

Con las buenas vibraciones recogidas en la Copa del Mundo de Londres, la gran referencia del equipo estadounidense se ha instalado en Binissalem junto a su pareja y entrenador, Andy Sparks, y ha convertido el Palma Arena y las carreteras de la Isla en escenario de una puesta a punto que tiene una única meta: subir al podio en los Juegos. Hammer y Sparks entrenan junto a los irlandeses Martyn Irvine y Caroline Ryan, su compatriota Jennie Reed y la mexicana Sofía Arreola, en compañía también del turco Recep Unalan y su técnico, Mutlu Ercevik.

Sarah se quedó con una espina clavada en Pekín 2008, donde fue quinta en su prueba (persecución individual) y no pudo finalizar la puntuación. Multimedallista en la Copa del Mundo y poseedora de una veintena de títulos nacionales, Hammer ha reorientado sus miras y mira a Londres con dos retos claros: Omnium y persecución por equipos.

«Correré las dos pruebas en el Mundial (4 a 8 de abril, Melbourne) y en los Juegos. Especialmente quiero centrarme en el Omnium, donde he ido bien en la Copa del Mundo» -ganó el oro en Londres y fue segunda en la general final-, aseguraba la ciclista norteamericana, que es ambiciosa a la hora de soñar con el oro en los Juegos, pero tiene claro que «ganar una medalla es lo importante».

Acogida

Esta estrella de los velódromos pudo elegir cualquier rincón del mundo, pero se quedó con Mallorca. «Vinimos en el Mundial de 2007 y nos enamoramos de la Isla, de su gente... el clima es perfecto y contamos con una buena pista. Lo tenemos todo y estamos agradecidos por lo bien que nos tratan», prosiguió Hammer. «En Binissalem estamos como en casa», sentencia Sarah, que augura un buen futuro para la pista española, en especial la femenina, donde tiene en Leire Olaberria a una seria rival por el podio en Londres. «Se trabaja para el futuro con las chicas y España es un rival a tener en cuenta», asegura, a la par que se muestra sorprendida por el elevado número de niños que forman la escuela de Joan Llaneras. «Ellos son el futuro», dice Hammer, que fundó la American Women's Track Cycling Fund para apoyar a la base.