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En Szeged, la desembocadura del río Tisza en Hungría, ha emergido un gigante del deporte balear. Tras dar un golpe de autoridad en el viejo continente bañándose en plata en el lago Sava (Serbia), Alfonso Benavides López de Ayala (9-3-1991) ha forjado en bronce su gesta mundialista para citarse con los héroes olímpicos en el canal de Eton Dorney en las afueras de Londres en 2012.

Las aguas magiares ponían en juego siete plazas para competir en los Juegos Olímpicos del año que viene, pero Sete ya había advertido en la víspera a la batalla final que la meta era el podio. «Estoy en mi mejor momento, he estado entrenando mucho y nos está saliendo redondo el año, hay que rematarlo», dijo. Cada una de sus paladas en la última jornada de competición del Mundial pareció responder a la premisa que tenía grabada a fuego en su mente.

Sete Benavides no se dejó intimidar por todas las miradas que se posaban en la final de la nueva distancia olímpica de C1 200 metros y tampoco por la nómina de aspirantes a la gloria. El azerbayano Valentin Demyanenko impuso un ritmo infernal que prácticamente solo pudo seguir el mallorquín hasta que el ruso Ivan Shtyl le superaba por apenas unos centímetros.

Demyanenko cruzó la meta parando el cronómetro en 39.339 derrocando al ruso Ivan Shtyl (39.573), que hasta ayer poseía el cetro mundial. Benavides, por su parte, invertía 39.867 en cubrir los 200 metros que le permitían marcar un hito en el deporte balear.

Era la primera vez que un mallorquín competía en un Mundial absoluto y será la primera vez que esta modalidad tenga acento de la Isla en unos Juegos donde el nombre de Benavides infundirá respeto

Benavides se mostró «muy contento» en declaraciones a Europa Press por haber conseguido la medalla de bronce en C1-200 con lo que sella su pase a los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

Port de Pollença

El mallorquín mostró sus ganas de volver a casa y celebrar el éxito con su gente. «Quiero dedicárselo a toda la gente que me ha apoyado desde el principio, a mi familia y amigos, y especialmente a mi entrenador Francisco Martín, que es el que está siempre conmigo. Mañana -por hoy- cuando llegue al Port de Pollença supongo que me recibirá mucha gente y pasaré mucha vergüenza», conluyó. «Estoy muy contento. Lo que pasa es que aún estoy volando, cuando llegue a casa me iré dando cuenta», añadió.

Acerca las circunstancias en las que se desarrolló la final, Sete dijo que «la carrera fue muy dura, esperaba viento a favor y ha sido viento en contra, pero no hay que poner excusas, si me han ganado es porque han sido superiores. No me he encontrado del todo bien pero al final tercero del Mundo, que quien me lo iba a decir hace seis meses», afirmó.

Por otra parte, cabe destacar que la el relevo K-1 masculino, integrado por Craviotto, Saies, Andrés y Pérez Rial, renovó su reinado en esta prueba en la única medalla de oro española, que se suma a la plata de David Cal, en C-1 1.000 metros, y la de bronce de Alfonso Benavides, en C-1 200, ambas olímpicas, y al tercer puesto de José Luis Bouza en C-1 5.000.