El Menorca firma un bajo porcentaje desde el perímetro, lo que también repercute en la derrota. | Laura Pons Bedoya

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Sensiblemente mermado en su rotación interior por la lesión de Rashson Turner, que se ausentó del partido, y la sufrida por Otegui en un lance del mismo, al ViveMenorca no le alcanzó con su vigoroso derroche defensivo para encauzar la final ante Ford Burgos, que presentó una muy seria puesta en escena para equilibrar la lucha (1-1) y trasladarla a El Plantío con la posibilidad de resolver allí el ascenso. Así es el play off. De la incontenida euforia que en la Isla levantó el primer triunfo, también por su modo de ejecución, la atmósfera ha trascendido a una incertidumbre que el guarismo del tercer duelo mitigará o incrementará.

Burgos dominó el juego en su grueso, aunque el partido advirtió una clara fragmentación tras el descanso, interludio que aprovechó el equipo de Casadevall para imponer su yugo en la zona y apropiarse del rebote (hasta en 9 capturas rebasó en la estadística del tercer periodo al cuadro isleño), posible este extremo por la citada limitación de Menorca en su roster de pívots. Desde ahí, abrió un trecho de puntos que rozó la decena el bloque burgalés, que adecuadamente gestionó, ejerciendo el lanzamiento exterior de definitivo aspecto para decantar la suerte del encuentro en su lado. Más cosas le fallaron al Menorca, como el mínimo protagonismo de Cuthbert y el escaso mando ofrecido por sus bases, aunque la inferioridad en la pintura ejerció como la más notoria rémora.

El factor Morley

A diferencia del anterior duelo, Zach Morley sí logró ser más partícipe en el juego burgalés desde el albor del partido. Allí empezó a uniformarse Burgos en ganador. El excepcional ala-pívot de Missouri, en una perfecta suspensión, inauguró el casillero de anotación para los suyos, igualando el inicial enceste de Umeh (2-2).

Emparejado con Diego Sánchez, Morley sintió más espacio de influencia en el ataque, de lo que extrajo beneficio todo el colectivo de Casadevall. El Menorca, que sin Turner apostó por Cuthbert al '4' en su salida, hizo suyas las primeras ventajas que registró el marcador (8-4), mero espejismo sin embargo, pues a la figura del mencionado Morley se le agregaron los certeros ensayos desde el perímetro de Albano Martínez y el fantástico Chris Hernández, sendos sucesivos para un 8-10 castellano. Sin Turner, Otegui apareció en pista por Cuthbert, mas los locales abrieron un margen distinguido por la ausencia de fluidez en su ataque. Premonitorio.

Del 14-18 en que cerró el cuarto primero trascendió el partido a un 14-22 por aciertos de Hernández y Miguel, la máxima renta que Burgos cobró. Muy centrado, el conjunto visitante añadió al encuentro las prestaciones del inmenso Anagonye. Como aconteció en el primer round de la serie, el fornido interior hizo de la zona su propiedad apenas pisarla (20-27 tras convertir un semigancho) y sin problemas de faltas esta vez.

Otra problemática del Menorca dormitaba en su línea de circulación. Con dificultades para una rotación de balón clara, propiciadas por la excelente defensa rival, el grupo de Olmos recurrió a un par de acciones de corazón para ablandar el goteo en su aro. Una racial entrada de Otegui, dio paso a una brillante secuencia protagonizada por Ciorciari. Una transición, un par de libres y un triple con el argentino como ejecutor nivelaron el cotejo (29-29). Fue el mejor intervalo propuesto por el base de Santa Fe. Luego, ni el ni Guzmán entablaron con con los directores castellanos, el cerebral Chris Hernández y el díscolo Corrales.

Burgos reaccionó y cerró el segundo parcial con un triple de Morley (31-36). Tras el intermedio, el partido se quebró, más por la sensación en pista que en el marcador, pues aunque nunca los visitantes gobernaron por encima de +11, el timing del juego les perteneció. La panorámica del compromiso tornó aterradora para los de Olmos. Lesionado Otegui y sin Turner, la inferioridad en la zona, la creciente dureza que en cada acción sobresalió y el bajo porcentaje de tiro derivó en contra de los intereses menorquines (37-48 tras triple de Chris Hernández).

En un par de embates, el Menorca logró reducir la desventaja (42-50 para cerrar el tercer cuarto, 49-54 con triple de Marc a 6'46'' del final), pero dos inverosímiles aciertos de Miguel a modo de réplica, definitivamente arruinaron la opción local de triunfo (53-63 a 1'34''), que ni la descollante migración al aro promovida por Umeh con el guarismo resuelto (anotó el nigeriano 8 puntos en los últimos 27 segundos) sirvió para revitalizar (65-69). Frenazo al Menorca, pero resta mucho (1-1).