Con una rotación corta y bajas importantes —a las ya conocidas de Harris y Nicholas se sumaba esta vez la del lituano Urbutis—, el Palmer firmaba una salida convicente (6-0) que enseguida iba ser amortiguada por la velocidad y la fortaleza defensiva de un Benicarló que lucía a su mejor nivel (13-23).
La distancia entre los dos equipos se ampliaba en el segundo cuarto, sobre todo después de que Sergio Mendiola perdiera presencia y se encadenaran los fallos del Palmer desde la línea de tiros libres. Los castellonenses levantaban el pie del acelerador, aunque los insulares nunca llegaban a aprovecharlo del todo (28-39).
El tercer cuarto iba a mostrar al mejor Palmer. La inspiración de Jaume Vallés, acompañada del acierto de Mendiola o Asier Zengotitabengoa, ponía a los mallorquines por delante y obligaba al Benicarló a apretar los dientes con Anthony Libroia a los mandos.
Sin embargo, los de Jiménez no llegaban a cerrar el partido e iban a pagarlo en los minutos decisivos. Una serie de pérdidas concatenadas y un despiste defensivo de Toni Vicens a falta de pocos segundos dejaban en la orilla y sin premio a los baleares. Las señales de mejoría se intensifican, aunque por el momento no son suficientes.
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