Óscar Olivenza, Vicenç Palmer y Juanan Serra, este martes, en las instalaciones de Palmer Alma Mediterránea. | Pilar Pellicer

TW
0

Óscar Olivenza se va del Palmer Basket Mallorca con la conciencia tranquila y anteponiendo la salud del proyecto a sus ambiciones personales. Así lo remarcaba el propio técnico en su despedida, escenificada después de solo siete jornadas en las que su equipo, tras un inicio esperanzador, había caído en picado. «No eludo mi responsabilidad, pero soy consciente de que no toda es mía», argumentaba en su adiós. Una salida del club que cobraba forma con la sonrojante derrota del pasado domingo frente al Tarragona. «La inercia del grupo iba hacia abajo y no hablo solo de resultados. Lo del otro día a mí me daña personalmente y está muy lejos de lo que debe transmitir un equipo», argumentaba.

Acompañado por el presidente del Palmer Basket Mallorca, Vicenç Palmer, y el director general del club, Juanan Serra, Olivenza abrochaba su ciclo en la entidad reconociendo sus errores y dejando claro que el ambiente que se vive ahora mismo en el vestuario no es el más positivo. «No quiero que sea la típica despedida triste porque no va con mi carácter», empezaba destacando el técnico. «Siempre he perseguido el crecimiento del proyecto, por encima de intereses particulares, y me prometí a mí mismo que si un día no podía ayudar me apartaría», señalaba. «Por lo que sea, ese momento ha llegado ahora».

Olivenza, que considera «este equipo va a salir del bache seguro» en cuanto «recupere la tranquilidad», apuntaba que el camino que ha tomado el Palmer no tiene que ver solo con el banquillo. «A veces un cambio de aires viene bien. Creo que se recuperarán jugadores que son muy importantes y que eso lo va a cambiar todo. Lo que hay que cambiar es el clima y que todo el mundo se responsabilice, no solo Óscar. A ver si este paso que doy yo sirve para que todo el mundo espabile».

«No sé si el equipo ha dejado de confiar en el entrenador», aseguraba Olivenza al ser preguntado por su grado de conexión con la plantilla. «Lo que sí sé es que la imagen que se dio el domingo no se puede repetir. Es un proceso en el que cada uno tiene una serie de funciones y tiene que ser consecuente con lo que hace y con el resultado que se obtiene. Algo ha pasado y algo se ha roto ahí dentro», reconocía. «Un cambio de entrenador a veces trae una nueva mentalidad», explicaba el pacense, que también deslizaba que se guarda cosas para cosas para sí mismo «porque si hay que hablarlas, debe hacerse a la cara».

Vicenç Palmer, por su parte, admitía que el equipo necesitaba «revertir la dinámica» y agradecía el gesto de Olivenza poniendo el cargo a disposición del club: «Demuestra cómo es Óscar como persona. Su compromiso y lealtad han estado siempre muy por encima de todo».

El Palmer Basket Mallorca, que presenta un balance de tres victorias y cuartas derrotas en el grupo este de la LEB Plata, ya busca en el mercado un sustituto para Olivenza con experiencia y horas de vuelo en la categoría.