Las jugadoras y el cuerpo técnico del Azul Marino Mallorca posan para este diario, ayer, en el pabellón Toni Pizà de sa Indioteria. | Pere Bota

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Asentado ya en la Liga Femenina 2, el primer equipo del Sant Josep Obrer estrena denominación y ambiciones de cara a pelear por retos de altura. El nuevo Azul Marino Mallorca seguirá instalado en el pabellón Toni Pizà, donde debutará este próximo domingo (12:45 horas) ante el Mataró. A las órdenes del técnico aragonés Dani Rubio -ex del Stadium Casablanca-, el máximo representante del baloncesto femenino balear conserva buena parte de la plantilla del pasado curso.

Plantilla

Clásicas como Neus Amengual, Marina Bauzá, Sabina Burguera o Paula Charro, además de la argentina Milagros Maza o la joven isleña Inés Tomàs forman el grueso del núcleo duro del Azul Marino Mallorca, que ha incorporado experiencia de la mano de Cristina Loureiro, Ana Tainta, Patricia Vicente o Andrea Tollar, con la experimentada interior senegalesa Aya Traoré llamada a marcar las diferencias en la pintura dentro de un ejercicio en el que pelear con las mejores del Grupo B de la Liga Femenina 2.

Ahí se las verá con muchos rivales ya conocidos de sus anteriores experiencias en la ahora categoría de bronce, como Sant Adrià, Viladecans, Segle XXI, GEiEG, Lleida, Almeda... Pero la cuota balear quedará representada por un Azul Marino Mallorca que sigue con su meta de ser el exponente y focalizar las ilusiones del deporte de la canasta femenino en la Isla. Más allá de mantener la categoría, el reto del equipo de Dani Rubio pasa por moverse por la zona alta de la clasificación con el reto de la Liga Challenge -segunda competición estatal- en su horizonte.