Felix Alonso, dando instrucciones durante un tiempo muerto.

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El B the travel brand Mallorca Palma le dará este domingo carpetazo a un 2019 que debería ser la plataforma definitiva hacia el sueño final de su ambicioso proyecto. Aupado a la tercera posición de la liga Leb Oro y a tiro de piedra de Valladolid y Gipuzkoa, el conjunto de Félix Alonso abrirá por última vez este año las puertas de su pabellón para recibir a un ICG Força Lleida que llega especialmente necesitado y empotrado a la parte trasera de la clasificación (Son Moix, 17.30 horas).

El BTTB se ha propuesto acabar el año a lo grande. Después de enlazar tres victorias en su particular trilogía gallega —Coruña, Breogán y Ourense— que han vuelto a desatar sus expectativas, los isleños quieren ponerle el lazo a un mes de diciembre impecable incrementando su presión sobre la cúpula de la clasificación a solo unas jornadas de abrochar también la primera vuelta. La regularidad del equipo en casa —presenta un balance de 5-2—, que contrasta esta vez con la fragilidad del Lleida lejos de Barris Nord —los catalanes solo han conquistado la pista del Leyma Coruña, en la primera jornada—, sitúan a los de Ciutat unos metros por delante, aunque el propio Félix Alonso ya aireó el pasado viernes su desconfianza a ese aparente mal momento por el que atraviesa el cuadro ilerdense a estas alturas de la competición. Sobre todo, teniendo en cuenta que vienen de dar un volantazo en la dirección técnica que podría mejorar sus prestaciones como bloque en cualquier momento y en cualquier lugar.

El Palma afronta el duelo con la baja de Matt Stainbrook. El pívot de Ohio, que arrastra problemas en la rodilla, ha avanzado en su recuperación durante las últimas semanas, pero el propio Félix Alonso confirmó en la previa del encuentro que no forzará su reaparición teniendo la pintura bien cubierta con el resto de interiores en buenas condiciones. En principio, la del estadounidense será la única baja para un choque que debería servir al Palma para seguir cogiendo carrerilla.

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El Lleida se presenta tan tocado como herido en su orgullo. Víctima de una serie negra de resultados, el conjunto catalán se agarró hace semanas a la pizarra de un histórico como Gustavo Aranzana, que tratará de apartar al equipo de las mazmorras en la segunda mitad del torneo.

Durante la semana el Lleida ha puesto el foco en sus problemas defensivos y en la intensidad en ataque. El objetivo a corto plazo es aumentar la intensidad en el uno contra uno y reducir las hemorragias que le provocan las continuas pérdidas de balón, tal y como destacó su entrenador en la antesala del desplazamiento a Mallorca. Al mismo tiempo, Aranzana cree que las opciones de sus jugadores en el Palau pasan por entorpecer el ritmo del BTTB y por controlar, principalmente, el rebote ofensivo.

En cuanto a las bajas, el escolta estadounidense Steve Santa Ana padece un pequeño esguince, mientras que Marc Martí también ha sufrdo estos días algunas molestias que podrían debilitar el juego interior de su equipo.