El técnico del Atlético Baleares, Horacio Melgarejo, asumió el cargo el pasado 29 de noviembre. | M. À. Cañellas

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El duro revés sufrido ante el Villarreal B y la trayectoria del Atlético Baleares desde el relevo en el banquillo han dejado a Horacio Melgarejo en la cuerda floja. El partido de este domingo en Son Malferit (12:00) ante el Formentera marcará el futuro inmediato del técnico, que se juega gran parte de sus opciones de continuar al frente del equipo tras sumar uno de los últimos 12 puntos en liza.

El presidente y máximo accionista de la entidad blanquiazul, Ingo Volckmann, presenció en directo el encuentro que su equipo perdió ante el Villarreal B y abandonó muy descontento la Ciudad Deportiva del Villarreal B por el nivel ofrecido por los suyos. La del domingo fue la derrota más abultada en lo que va de temporada y, pese al potencial del adversario, los balearicos mostraron grietas tanto en lo futbolístico como en lo anímico.

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La ‘era Melgarejo’ desprendió buenas sensaciones en su arranque con un empate sin goles en El Collao, pero el varapalo de la derrota ante el Cornellà en el descuento supuso un golpe en la frágil confianza blanquiazul. Difuminado el impulso moral, el equipo no ha mostrado una progresión tal como se esperaba con el cambio en el banquillo y la ratificación a la que el club dio oficialidad se resquebrajó con la puesta en escena del equipo en Villarreal.

Más allá de no acreditarse una mejoría en las sensaciones que desprende el equipo, los resultados han instalado a los blanquiazules en la plaza de promoción de permanencia a cuatro puntos de la salvación que marca el Llagostera y con la diferencia de goles como único sostén para no ocupar posiciones de descenso. Ganar o ganar es la única salida.