Una vez más, no nos cansaremos de apelar y defender un referéndum sobre monarquía o república. Fuimos, digámoslo de manera fina, engañados en la Transición cuando se debatía en el Congreso la forma de Gobierno que el pueblo español estaba dispuesto aceptar. El primer presidente Adolfo Suárez lo dejó muy claro: no se llevó a término el referéndum debido a que el resultado, y según la encuestas hechas por el mismo Gobierno, daban como resultado que el pueblo se inclinaba más por una república que por una monarquía parlamentaria y ahí tenemos los resultados. ¿Cuáles? Sencillamente, por ahora, que España dejó de ser republicana.

Bien es verdad, que en la II República se publicaron decretos a favor del pueblo y sabemos cuales eran, pero el resultado fue que las fuerzas de entonces no se entendieron y mi impresión, tal como dejó dicho el gran conductor del Partido Comunista chino Den Xiaping, fue que «el error, está en la izquierda». Así es, desgraciadamente, y lo hemos podido ver en el último acto celebrado este pasado sábado cuando se conmemoró el 90 aniversario de la II República. Pero ojo, recordemos que aún que seamos pocos los que defendemos una república, ésta llegará, no nos quepa la más mínima duda. Necesitamos la voluntad de todos, pacíficamente expresada, he aquí el germen generador de la República.