Si no me fío nada de mi memoria, que cada vez está peor, cómo me voy a fiar de la de los demás. Literatos, filósofos, neurólogos, psicólogos y hasta poetas, nos han repetido más de mil veces que la memoria no es lo que parece, sea o no democrática, y que si la individual deja mucho que desear, la colectiva ni siquiera existe, y la memoria histórica suele ser en buena parte una invención. Pero se ve que por más que nos lo repitan lo olvidamos enseguida, nos tomamos la memoria muy en serio, como si fuera un hecho indiscutible, lo que convierte los debates sobre este asunto en una serie de extraños artefactos robóticos, de apariencia más o menos monstruosa y dotados de armamento, que chocan entre sí tratando de exterminarse. Parece que sólo puede quedar una memoria histórica, esa quimera, lo que a su vez obliga al Gobierno a legislar una y otra vez sobre ella, porque nada irrita tanto como la memoria de los demás, inexacta y sesgada.
La memoria de los demás
05/11/22 3:59
También en Opinión
- Detenido por violar a una turista de 19 años en s’Illot mientras sus dos amigos miraban
- «Nos quedamos sin alquiler en agosto, nos están echando de la Isla»
- La plataforma ‘Menys Turisme, més vida’ propone «colapsar» el aeropuerto en protesta contra la masificación
- El Seprona halla vertidos de escombros en siete inspecciones de fincas rústicas
- Fallece Xisco Serra, uno de los culturistas mallorquines más reconocidos a nivel internacional
1 comentario
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
Pero.....jolines!!!! Se me ha olvidado.