Turistas alemanes junto a autobuses de TUI en el aeropuerto de Palma. | Ruiz Collado

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El sector turístico balear vigila de cerca el comportamiento del mercado alemán, atento al trastorno que puede suponer el incremento de un 19 % impuesto por el gobierno del país a las tasas aéreas, una subida que entró en vigor el pasado 1 de mayo.

Con todo, esta inquietud convive con un convencimiento más o menos generalizado de que las cifras de llegadas acabarán manteniéndose en unos márgenes bastante cercanos a los del año pasado. Sobre todo teniendo en cuenta que las encuestas confirman que los ciudadanos alemanes van a seguir manteniendo los viajes vacacionales entre sus prioridades de gasto (solo por detrás de la cesta de la compra). En ese sentido, la recesión de la economía alemana no resultó tampoco un factor determinante el año pasado, con casi 4,6 millones de llegadas, un 25 % más que en 2022.

La Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM) espera que esta evolución no experimente cambios drásticos en 2024, aunque se muestra especialmente crítica con la medida del gobierno alemán. «Siempre pensamos que es algo que penaliza al consumidor y genera ingresos para el gobierno», expresan desde la federación los combustibles de aviación sostenible».

No obstante, desde la entidad creen que «los alemanes no van a dejar de viajar», puesto que «es una prioridad para ellos, y lo harán aunque les cueste más y tengan que sacrificar otros nichos de consumo para sus vacaciones».

Por otro lado, apuntan que este aumento de los costes va a ir correlacionado con un aumento de sus niveles de exigencia, por lo que tendrán «un nivel de expectativa alto respecto a la eficacia en gestión de servicios tanto públicos como privados».

Desde el sector del alquiler vacacional, la patronal Febhatur opina que el incremento de las tasas «no será un problema», ya que, a tenor del ritmo de reservas observados en estos meses (muchos ciudadanos alemanes ya tienen cerradas sus vacaciones para los meses de verano), «las tendencias parecen ser las mismas que la temporada pasada: las cifras son estables».

La nota discordante la aporta Roiback, una de las principales empresas de Big Data del sector turístico y de la comercialización hotelera en las Islas. En base a los datos que manejan, se aprecia concretamente una reducción del 6 % en cuestión de reservas.

Por otro lado, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) lanzó ayer duras críticas contra la subida de tasas aéreas en Alemania, atribuyéndole la capacidad de debilitar de manera significativa la economía alemana y el proceso de descarbonización de la industria aérea.

Willie Walsh, director general de IATA ha señalado que «cuando la evolución económica de Alemania es, en el mejor de los casos, anémica, afectar su competitividad con más impuestos a la aviación es una locura política». Así, Walsh acusa al gobierno alemán de mostrar «una obsesión enfermiza» con los impuestos a la aviación y de haber optado por «una apropiación de efectivo a corto plazo que solo puede dañar el crecimiento de la economía a largo plazo».

De este modo, la IATA -que precisa que las tasas pueden oscilar entre los 15,53 euros y los 70,83 euros por pasajero en función de la ruta- alerta de que Alemania corre el riesgo de perder competitividad en áreas clave como las exportaciones, el empleo o, de manera especial, el turismo. Cabe señalar que a pesar de que Baleares mantiene su habitual tirón entre los viajeros alemanes, el número de pasajeros a nivel global sigue por debajo de las cifras prepandemia.