Mirando a Palestina, porque es imposible no hacerlo, nos fijamos en nuestra ciudad cuando comienza una nueva temporada turística que promete ser aún más masiva y agobiante que la anterior. El relato oficial insiste en el enriquecimiento general y el éxito del modelo. Cuando empiecen las quejas, incluso las de los turistas, alguien sacará el discurso, también oficial, de apostar por un turismo sostenible y mejorar los servicios, aunque cualquier mejora quedará sepultada tras otra oleada de masificación.
La realidad se impone y los relatos oficiales son cada vez menos creíbles. Vivimos un empobrecimiento colectivo, la brecha entre salarios y precios se ensancha, la vivienda es inasequible, los servicios son insuficientes y el residente siempre queda relegado. La población tradicional es expulsada hacia una periferia que también sufre la onda expansiva de la especulación inmobiliaria y las subidas de precios.
Otra temporada más
Palma18/03/24 0:30
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Així és. És hora de dir basta, recordem que som els residents qui votam. Hem d'aturar els peus a AENA, touroperadors, hotelers, aerolínies, rentacars, immobiliàries, creuers i demés buitres especuladors que se'n riuen de noltros