En el metro, el bus, o simplemente cuando te cruzas con ellos y los escuchas y te cuesta mucho entender lo que dicen. A veces llegas a pensar que deben ser extranjeros, pero no. La realidad es que hablan nuestro mismo idioma, pero a toda velocidad. Sospecho que el origen de todo esto está en esa aplicación que tienen en los móviles que multiplica la velocidad de los mensajes de voz una vez y media y hasta dos. Hoy todo tiene que ir rápido, y esa aplicación se ha impuesto de tal forma que cuando escuchan un mensaje a velocidad normal se les hace eterno. No lo soportan. La velocidad ha arrasado al silencio y el silencio es precisamente lo que resalta el valor de las palabras. Escuchar un audiolibro a esas velocidades se carga la intencionalidad y los matices que tanto cuidado y esmero puso quien los grabó. ¿Qué queda de un poema si le quitas el silencio?
Abismo generacional
Palma29/02/24 0:30
También en Opinión
- Fallece la doctora residente en Son Espases que sufrió un accidente en moto en la UIB
- El conductor que provocó el accidente mortal en la carretera de Can Picafort iba drogado y borracho
- «El menorquín es balear, el andaluz es español, pero el mallorquín no es catalán»
- Auroras boreales en Mallorca
- Un turista se pasea en minúsculos slips por Jaume III y el Born
1 comentario
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
Els joves són la conseqüència de la societat que hem creat noltros. Una birria capitalista antiintel·lectual