Hemos llegado a este fin de año exhaustos y agotados, pero abúlicos. Con dos guerras mortíferas en estado de estancamiento, el mundo parece estar en punto muerto, pero con el motor acelerado y metiendo un ruido infernal. Hace días, en nuestro balance de 2023, ya advertimos que se parecía mucho a los pronósticos para 2024, que es precisamente en lo que consiste un marasmo. Parálisis, inmovilidad, apatía, pasividad. También es una enfermedad causada por la desnutrición, con grave enflaquecimiento, debilidad y desgana, que es lo que provoca la parálisis mencionada. El marasmo, en fin, que afecta por igual a la economía, los desastres bélicos y las lánguidas medidas contra el cambio climático. Algunos analistas, como guinda del marasmo, incluso avisan del posible retorno de Donald Trump a la presidencia de EEUU, porque en cuatro años aún no se le ha podido procesar por liderar el asalto al Capitolio, con muertos, y el Tribunal Supremo que decidirá, nombrado por él, es casi él mismo. Y nosotros nos quejamos de nuestro marasmo judicial.
Marasmo de fin de año
Palma01/01/24 0:29
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