Lleva un mes convertido en un héroe. Nano tiene dos trabajos y el chico hipertatuado que se rompe el espinazo publicó su testimonio en TikTok. Había conseguido llevar a su madre a un salón de uñas. Ser un pluriempleado se ha convertido en algo digno de elogio, un ejemplo a imitar, cuando debería hacer reflexionar sobre el mal funcionamiento de un sistema en el que es necesario trabajar catorce horas al día para sobrevivir. Nano encarna la clase obrera que no llega a pagar el alquiler y ni mucho menos soñar con la hipoteca. La que mira de reojo la inflación mientras le atropella la ola. Y preocupa que se haya convertido en un referente: no hay lucha contra la injusticia, sino sumisión. Una cosa que debería preocupar es que si los que están en contra de los derechos de los trabajadores alaban a Nano, mal asunto.
Nano
Palma24/10/23 0:29
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