El problema de la permanencia, que no sólo afecta en estas fechas primaverales a los equipos de fútbol con fallos defensivos y a los candidatos electorales, es quizá el único problema serio que todo humano debe afrontar, y para el que sin embargo no hay solución sociológica ni psicológica. Toda criatura o grupo, esté como esté, desea fundamentalmente permanecer, y cuando esa permanencia está en peligro (parece que el Mallorca se ha salvado por el momento), la vida se complica mucho. Es un sinvivir, y no parece que los filósofos se hayan ocupado lo suficiente de ese problema. Que si el ser, que si la nada, que si pienso luego existo… Ni racionalistas, ni existencialistas, ni nihilistas han avanzado en el tema de la permanencia, salvo para asegurar que todo cambia y nada permanece, qué perogrullada. Los teólogos hace milenios que zanjaron esa cuestión con el cielo y el infierno, lugares metafísicos donde ya les aviso que no vale la pena permanecer.
El problema de la permanencia
Palma27/04/23 0:29
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