Es habitual que cuando el forastero solitario llega al pueblo, y casi antes de que tenga tiempo de bajarse del caballo, alguien le informe de que aquí nadie regala nada. Ya en la cantina, es probable que algún bebedor locuaz, con la lengua muy suelta, complete esa información. «Si alguien te hace un regalo, es que quiere algo». Cuando el forastero es una forastera, esta advertencia ya resulta innecesaria, porque se la sabe de memoria. Por supuesto, si esto ocurre en un western, es que ocurre en todas partes. En los trabajos, en el fútbol, en los ámbitos intelectuales, en los bares de mala nota, en la economía y la política, en el amor. En cualquier sitio, sea analógico o digital. Yo de pequeño ya estaba enterado, basándome en hechos reales o relatos literarios, de que nadie regala nada; y si lo hace, por algo será. Prueba de ello es que existen unas fiestas anuales, que culminan pasado mañana día de Reyes, consagradas oficialmente a dispensarnos de esa norma universal, y en las que no sólo los regalos están permitidos, sino que son obligatorios.
Regalos
Palma05/01/22 3:59
También en Opinión
- La ayuda del Imserso que desconocen los jubilados
- El Seprona halla vertidos de escombros en siete inspecciones de fincas rústicas
- «Somos la provincia con mayor número de pruebas deportivas con ocupación de vía de toda España»
- «Mis 'inqui-okupas' me han amargado la vida y he perdido casi 50.000 euros, pero he conseguido echarlos»
- Muere un turista de 21 años tras precipitarse en un hotel en Playa de Palma
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.