Terminó el plazo dado por los talibanes para que los ejércitos invasores abandonaran el país, y con ellos, cientos de afganos colaboradores con el enemigo y sus familiares. Cientos de periodistas que llevaban años informando desde Kabul también han logrado salir. Otros, sin embargo, ya han sido asesinados junto a sus familiares y hasta una mujer periodista fue obligada a casarse con un comandante talibán bajo la amenaza de que sus padres y hermanos serían asesinados. De nada han servido las promesas de no vengarse de uno de los enemigos más enconados del nuevo régimen, esto es, el periodismo. Las nuevas normas consisten en acallar la prensa, censurar las imágenes, la televisión, no dejar trabajar a las mujeres que estudiaron periodismo en estos últimos veinte años, y pasar por las armas a todo aquel que insista en realizar su trabajo informativo.
Ser periodista en Afganistán
07/09/21 4:00
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1 comentario
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El mercado del opio en Estados Unidos no depende de Afganistán, porque todo lo que se consume en esa nación de M viene de México y Colombia... otra cosa será lo que militares o ejecutivos de empresas privadas, que han colaborado con el ejército invasor, hayan podido hacer mientras se supone que democratizaban y modernizaban... para ser esto un periódico, andan ustedes bastante en los mundos de yupi. No solo lo digo por este articulo, creo que en realidad lo digo por todos y cada uno de los artículos sobre Afganistán, pasando por noticias, entrevistas y la misma editorial... de....mmmm