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Hoy publicamos una doble página sobre el aniversario de los atentados de Atocha del 11-M, de los que se cumplen veinte años. El testimonio de uno de los pasajeros de los trenes, que ahora vive en Sóller, refleja trágicamente aquellos segundos que se cobraron la vida de 193 inocentes el 11 de marzo de 2004. Fue el peor atentado terrorista ocurrido nunca en España y a pesar de los bulos de algunos políticos y medios de comunicación sobre la autoría de ETA, quedó demostró que se trató de un ataque yihadista. Las bombas, a tres días de las elecciones en nuestro país, causaron también un auténtico terremoto político y supusieron la caída del Gobierno de José María Aznar, que había apoyado la invasión de Irak junto a George Bush y Tony Blair, en la famosa foto de las Azores. El supuesto arsenal de armas químicas y biológicas de Saddam Hussein nunca existió, al igual que las armas de destrucción masiva, y el mundo comprobó como una gran mentira había llevado a una guerra injusta.

El horror

Moisés Carlos Moral es el único miembro de la Asociación 11-M de Víctimas del Terrorismo con residencia en Balears. Cuando estallaron las bombas en los trenes madrileños tenía solo 17 años y ha quedado marcado para siempre por aquella tragedia. «Sentí como la onda expansiva me atravesaba y al abrir los ojos era un caos total, olía a cuerpo quemado», relata a este periódico el superviviente.

Lucha antiterrorista

A partir de ese momento, la lucha antiterrorista se centró en los grupos yihadistas que se habían asentado en España, aprovechando que las Fuerzas de Seguridad estaban volcadas en la lucha contra ETA. En 20 años, la seguridad se ha incrementado mucho y los servicios de inteligencia están más preparados que antes. Pero siempre hay que recodar que 193 inocentes fueron masacrados aquel infame día.