Morell en la plaza de España de Sóller, un gran espacio del centro. | I.C.

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Felip Morell Rullan (Sóller, 1978) es geógrafo y fue uno de los redactores del Plan de Movilidad Urbana Sostenible de Sóller (PMUS), que data del año 2009. También ha trabajado en los PMUS de otros municipios de la Isla. Actualmente, Sóller también está sufriendo graves problemas de movilidad y saturación y es importante tener en cuenta la opinión de los técnicos.

¿Cómo se debería abordar la movilidad en Sóller?
—El problema podría resumirse en que en la ciudad existen las mismas calles que hace años, pero hay muchos más coches. Como en la mayoría de las zonas urbanas, Sóller ha experimentado un importante crecimiento en los desplazamientos, tanto por parte de residentes como de turistas. También hay que tener en cuenta que el aumento de las plazas de alquiler vacacional y de turismo de interior hace que haya unos turistas con unas necesidades de movilidad distintas a las del turista de hotel, utilizando mucho más los coches de alquiler. Es necesario abordar el problema desde una visión global de la movilidad urbana y entender que cualquier acción debe ir dirigida a favorecer los medios de transporte sostenibles: ir a pie, en bicicleta o en transporte público. El modelo basado en el coche privado es insostenible y contaminante y además es injusto, puesto que ocupa una gran cantidad de espacio urbano que podría destinarse a otras formas de desplazamiento.

¿Qué se puede hacer?
—En primer lugar, limitar la entrada de coches de alquiler en el núcleo urbano. Después, llegar a un pacto de movilidad entre las fuerzas municipales, en el que se marquen claramente los objetivos y las acciones a seguir a medio y largo plazo. Es importante que las decisiones políticas cuenten con el consenso de todos los agentes implicados: políticos, económicos y sociales. Es clave que los responsables políticos entiendan la movilidad como un elemento de interés general y que cualquier acción debe ir en beneficio de todo el pueblo. Finalmente, es muy necesario realizar acciones de concienciación ciudadana, ya que una parte importante de la congestión se debe a los vehículos del parque local.

¿Cómo lo planteaba el PMUS de 2009?
— El objetivo principal era priorizar en la ciudad los medios de transporte sostenibles: ir a pie o en bicicleta. Se analizó el volumen de tráfico que entraba y salía de Sóller, la anchura de las calles, las plazas de aparcamiento y la ocupación que tenían a lo largo del día, etc. Se propuso una zona de prioridad peatonal para las calles que desembocan en la plaza Constitució. También mejorar el acceso a pie a los colegios, una reforma circulatoria, bicicletas, transporte público, etc.

¿Son propuestas vigentes?
—Algunas propuestas se han implantado de forma positiva. Pero la situación ha cambiado mucho desde 2009 y es necesario elaborar un nuevo Plan adaptado a la actualidad y con la participación de todos.

¿Por qué cree que aquí cuesta tanto limitar el tráfico en el centro?
—Por una parte, creo que identificamos que el modelo basado en el coche privado es un sinónimo de libertad, pero por lo que estamos viendo, desgraciadamente, no es así. Debemos revisar si estamos haciendo un uso excesivo del coche: basta ver lo que pasa a diario durante la entrada y salida de los colegios. Por otra parte, creo que el diseño de la ciudad no ayuda a no tener que depender tanto del coche.

¿Se debería promover más el transporte público?
—Es una muy buena forma de actuar principalmente sobre la movilidad obligada, aquella que se hace por motivos de trabajo o estudios. Invertir en serio en un transporte público rápido, eficiente y con buena frecuencia debería servir para aumentar el número de usuarios, y no solo de aquellos que no tienen otra opción de desplazamiento.

¿Tiene solución el problema del aparcamiento en el Valle?
—En el PMUS del 2009 se contabilizó que solamente el 24% del espacio viario, estaba disponible para estacionar: unas 2.400 plazas en la calle. Aunque estos datos deberían actualizarse, es evidente que no hay plazas de aparcamiento suficientes para dar servicio a todos los coches que circulan por el municipio. No existen soluciones mágicas, pero creo que las posibles propuestas pasan por evitar el tráfico de turistas que buscan aparcamiento en zonas donde no existen; establecer aparcamientos disuasorios en el exterior; actuar de alguna forma sobre la cantidad de coches que entran en el núcleo y también tomar conciencia de que debemos cambiar nuestra forma de movernos por el pueblo.