Imagen del establecimiento en el que tuvieron lugar los hechos, en Inca. | Google

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Cruce de acusaciones por una serie de actitudes homófobas y de discriminación lingüística en una peluquería de Inca. Por un lado, una clienta denuncia la actitud de los propietarios del establecimiento, 'Makeover' en cuestión, al instarle a dirigirse a ella en castellano, tal y como infomó Ara Balears, mientras que este último lamenta haber sufrido insultos derivados de su condición sexual.

Los hechos sucedieron en la mañana del pasado martes, cuando una clienta requirió los servicios de ese establecimiento. Según reconoció a la mencionada publicación, se dirigió en catalán a la persona que le atendió, uno de los propietarios del establecimiento, quien le pidió que le hablara «en castellano», para posteriormente espetarle expresiones tales como «esto es España» o «el mallorquín no es idioma». La tensión fue creciendo y en un punto del roce, según la denunciante de los hechos, el hombre empujó el sillón en el que se había sentado la clienta, pidiéndole a su vez que abandonara el local.

El testimonio de la clienta refiere la intención de denunciar los hechos ante Consum (Govern), que no tendría competencias en esta materia, recibiendo invitaciones a hacerlo ante la autoridad a la par que en las redes sociales crecía la indignación por los hechos relatado por una de las partes.

Pero la versión de la otra ofrece un prisma radicalmente opuesto. José María, uno de los propietarios del salón de estilismo y peluquería de Inca, fue quien vivió en primera persona unos hechos que relata con detalles en conversación con Última Hora. «Una chica entró sin cita a hacerse las cejas», comienza, recordando que él entiende el catalán «pero soy sordo del oído izquierdo y tengo pérdida parcial de audición en el otro, por lo que leo los labios y, por eso, me cuesta más entenderlo», refiere.

Reconoce que le pidió que se dirigiera «por favor en castellano para entenderla mejor» y admite que lo hizo en un inicio, «pero cambió el tono y empezó a hablar rápido en mallorquín y no la entendí, se puso muy nerviosa y alterada». Tras ello, le invitó a abandonar el local «y me llamó, literalmente, 'maricón de mierda', además de hacerme gestos varios y muy feos, fotos al local y amenazarnos nos publicarlo en los medios y en las redes...», lo que contrasta con la versión de la clienta, que señala que fueron los propietarios del local quienes le hicieron «gestos despectivos».

«Estábamos mi marido y yo y dos clientas que lo vieron todo y son testigos de lo que pasó realmente», asegura José María, que lamenta la campaña que se ha iniciado en redes sociales e Internet contra su negocio. «Nos amenazan, hemos tenido que cerrar y hacer privadas las cuentas en redes sociales, en las reseñas hemos pasado de 4'7 a 0...», relata el dueño del establecimiento de peluquería y estilismo, que lamenta no tener información sobre la otra parte para poder tramitar una denuncia «por homofobia y discriminación sexual».