Han participado unos 160 alumnos.

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La finca pública de Ca ses Monges se ha convertido, durante dos semanas, en una gran aula al aire libre en la que más de 150 alumnos de segundo y tercero de ESO del IES Santa Maria han conocido de primera mano la ancestral técnica de construcción de Mallorca, la pedra en sec. Los estudiantes han participado en ocho talleres que les han permitido tocar con sus propias manos –literalmente– las herramientas necesarias y dificultades que entraña este oficio, además de realizar otros trabajos complementarios de limpieza forestal y del torrente que cruza esta finca.

El proyecto está enmarcado en las acciones de Custodia del Territorio que distintas entidades desarrollan para la conservación de terrenos, recuperando las construcciones antiguas, los cultivos y la biodiversidad, con la ayuda del voluntariado. En este caso, es una iniciativa de la asociación Més que Pedra, creada en 2013 para la recuperación y fomento de la técnica de la pedra en sec; el Ajuntament de Santa Maria, propietario de la finca y el IES Santa Maria. A nivel escolar, se articula como un programa transversal de «Aprendizaje-servicio» que permite a los alumnos participar en la mejora de su entorno.

Así, durante el horario escolar, los chicos y chicas llegaban a Ca ses Monges tras unos 40 minutos de caminata, conociendo la singularidad del valle de Coanegra, lleno de construcciones realizadas con pedra en sec desde tiempos remotos. Una vez en la finca, han trabajado en la reconstrucción de paredes de piedra bajo las directrices de los margers Tomeu Ordines y Tomeu Escribano, y la coordinación de los socios de Més que Pedra Marc Ferré y Virginia Waffelaert. «Han disfrutado mucho y han sido unos talleres muy productivos, se han reconstruido más de 30 metros de pared», apunta el arqueólogo Marc Ferré.

El proyecto implica a los jóvenes en la custodia ambiental de su entorno.

Estas dos semanas en la Vall de Coanegra han sido la primera edición del proyecto. La idea es que continúe con la pedra en sec como eje central, pero incluyendo labores de limpieza forestal, replantación y señalización de la finca, adquirida en 2014 por el Ajuntament de Santa Maria en un estado de abandono. Ahora, también los jóvenes del instituto santamarier se han involucrado en recuperar las antiguas construcciones que son un legado de civilizaciones anteriores y una seña de identidad de Mallorca.