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Los jóvenes de Vilafranca han demostrado otra vez que la Vila es un pueblo de fiesta y que con la imaginación se puede disfrutar de la manera más sucia posible. La Festa Bruta se consolida y es una cita ineludible de la tarde de la Festa del Meló, previa a la Fira que tendrá lugar esta mañana.

La novedad de esta edición fue el relevo entre los quintos del 89 y los del 90 con el juramento de fidelidad al pueblo, a la fiesta y a las tradiciones con el apadrinamiento del alcalde Jaume Sansó. Para poderse efectuar el relevo, la quinta entrante tuvo que encontrar entre barro un cuerno de boc como prueba para ser dignos de coger el relevo de la quinta saliente.

Con música en vivo, los jóvenes comenzaron la fiesta más sucia del año con una piscina a modo de barrizal y en la que un camión cargado de sandías -los melones son más pesados y peligrosos para esta fiesta-, dotó de armas a las jóvenes presentes.

En un gran ambiente festivo, los jóvenes, recuperados de la exitosa Gimcana Nocturna de Terror de la noche anterior, disfrutaron como niños ensuciándose. La fiesta se alargó hasta la puesta del sol cuando se inició la Festa de les Llanteres, el Firó Nocturn y la verbena de la Festa del Meló.