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Jorge Argote, abogado del capitán Àngel Vaquero y del ex guardia civil Enrique Dorado, concluyó ayer su alegato de defensa en el juicio por el 'caso Lasa-Zabala' lamentando que todos los Gobiernos desde 1995, fecha en que se abrió el sumario, e incluso «el partido de la oposición» hayan querido y quieran que se condene a los siete procesados. El letrado, quien ha precisado casi dos jornadas de vista completas para exponer su informe de defensa, reiteró que desde el principio del caso todos los acusados fueron elegidos para ser acusados, en concreto el general Enrique Rodríguez Galindo «porque era el hombre más emblemático» en la lucha contra ETA. El letrado precisó que su condena y la del resto de los acusados ha sido el objetivo de los gobiernos desde 1995, de los medios policiales o la extrema izquierda y los 'sicarios del terrorismo'. Sin embargo, y para ello se dirigió directamente a 'vosotros', los magistrados que presiden la Sala, el letrado cree que no se ha desvirtuado el principio de la presunción de inocencia sobre los acusados, por lo que defendió que, si no hay la «absoluta certeza» de que cometieron los delitos imputados, se debe dictar una sentencia absolutoria.

Además, y pese a reiterar las quejas que ya en la jornada de ayer expuso sobre la 'indefensión' sufrida por las defensas durante la fase de instrucción, explicó que todos los acusados, a los que calificó de 'buena gente', tienen la profunda conciencia de su real y obstinada inocencia, tienen 'al común de la gente' de su lado, y, sobre todo, «la más pasionada y irrenunciable conciencia de la independencia del Tribunal y el juicio con la terrible realidad que se ha mostrado». Según Argote, con estas dos razones está ganada la absolución.

«Creemos en un Estado de Derecho frente a ese Estado delincuente impune», precisó el abogado, en respuesta al argumento que en su exposición usó Iñigo Iruín.