Más consultas, más adicciones y más presión asistencial. Este es el día a día de los profesionales de los diferentes dispositivos de salud mental de Baleares tras el fin de las restricciones sanitarias y de las diferentes olas de la pandemia. Las consultas han aumentado hasta un 16 por ciento en lo que llevamos de año. Nunca antes se habían visto tantos casos. Una de cada cuatro personas sufrirá problemas de este tipo a lo largo de su vida. Lo venían avisando los expertos: la mella psicológica de la COVID iba a traer consigo una oleada de trastornos derivados del confinamiento, la crisis sanitaria y la incertidumbre ante una más que probable recesión económica y la guerra en Ucrania, a las puertas de casa. Esa nueva ola ya está aquí.
Solo hay que echar un vistazo a los datos que se manejan. 199.000 residentes, uno de cada diez baleares, consume antidepresivos, dos puntos más respecto al año 2019. Si hablamos de consumo de ansiolíticos, que tienen que ver con la ansiedad, una de las caras de la depresión, el consumo también aumenta hasta un 12,39 %, tres puntos más respecto a antes de la COVID-19. Combinando estos datos resulta que en total, 206.000 personas, el 17 % de la población, consumen psicofármacos. Es una cifra récord en las Islas. Por otro lado, la mella psicológica de la pandemia afecta más a las mujeres que a los hombres, un 70 % frente al 30 % de varones.
Según datos de 2022, solo hay 65 enfermeras y enfermeros especializados en salud mental trabajando en las Islas. «Hace falta más personal formado en este ámbito, ya que los casos de personas que precisan de ayuda aumentan cada año. No se cubre la demanda, los número no salen», recalca Carme Gonzalvo, vocal del COIBA. En este sentido, la enfermera hace hincapié en la importancia de su labor ya que «no trabajamos con tecnología si no con las palabras, la relación terapéutica y la comunicación con el paciente, pero también con los familiares», recuerda Gonzalvo.
Desde el Col.legi Oficial d’Infermeres i Infermeres de les Illes Balears recalcan que hacen falta más plazas de formación, más enfermeras especializadas y valorar mejor los requisitos, así como la estabilidad del personal de las unidades de salud mental. «Se trata de enfermedades que acompañan toda la vida, la cronicidad es la tónica habitual, si cambian de profesionales, se pierde la confianza, puedan dar pasos atrás».
8 comentarios
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porqué tenemos esa bestialidad de enfermos mentales ? hace 100 años con menos bienestar había tantos ?
Y para la pandemia “visible” ?
Muchos deben de hacerse el falso para las bajas eternas
És INCREÍBLE com se passen la salut mental pel forro, quan és igual d'iimportant que la física (o més).
Que hay gente muy mal de la azotea sin duda alguna. Los motivos, desde problemas mentales, por consumo de estupefacientes y o alcohol, sobredosis de pantallas y quizás le picó algún bicho. La pandemia afectó de diversas maneras a cada uno. Todo junto una bomba. Lo que no puede ser que tengas un problema y tengas que acudir a lo privado. Esta señora tiene razón, falta personal y medios
Tu con los desastres qué has hecho en Inca, te atreves a abanderar una causa tan sensible y bulnerable???? Empieza por cambiar de servicio a la vieja guardia de auxiliares de la unidad de Inca. Las cámaras , qué vigilan a los internos, también graban a las tiranas prepotentes y analfabetas, puestas a dedo , cuando se inauguró el hospital. Tomaron la unidad cual si fuera su feudo. Cuántas cosas se podrían contar...... Reclamaciones incontestadas, desprecios de personal, sometidos peor qué presos.... Cuándo se está hablando de ENFERMOS. Todavía esperó una reunión contigo, algo imposible, señora supervisora "
Todo por una gripe .. gracias a las élites
És una feina fonamental. Molts d'ànims als sanitaris