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Guido Westerwelle, líder del FDP, el Partido Liberal alemán, noticia estos días por haberse convertido en el hombre fuerte del futuro gobierno Angela Merkel en las elecciones del domingo, es un gran amigo y enamorado de Mallorca.

De hecho en entrevistas concedidas al Mallorca Magazin -perteneciente al Grup Serra-, Guido ha declarado que Mallorca es su destino favorito para pasar las vacaciones. Su última estancia se produjo el pasado mes de agosto, aunque lleva viniendo desde niño con su padre. «Aquí aprendí a nadar, primero en la piscina, después en el mar».

El que con toda seguridad se convertirá en vicecanciller y ministro de Exteriores de Alemania, conoce bien la Isla y recomienda no dejar de ir a es Trenc «pero no en fin de semana, porque hay demasiada gente», afirma.

De sus estancias en Mallorca, recuerda por ejemplo su paso por el hotel Dorint de Camp de Mar, el Club Robinson, de Cala Serena, en una casa de amigos cerca de Palma y también la que pasó con unos amigos en un barco. «Mallorca me gusta mucho. No sólo la costa y la naturaleza, también su capital; Palma es una ciudad maravillosa».

A diferencia de otros políticos alemanes, Westerwelle mantuvo durante años su homosexualidad en un discreto segundo plano, pese a que 'soto voce' era sabido que convivía con otro hombre desde hacía años. Westerwelle no se ha pronunciado nunca en público sobre esa cuestión pero, ya como líder del partido liberal, empezó a acudir a actos públicos con su pareja, Michael Mronz, novio que le acompaña normalmente en sus viajes a Mallorca. De verbo fácil e ironía afilada, Westerwelle visita con frecuencia las galerías de arte, ya que es un gran aficionado a la pintura. «En la Isla hay mucho arte. Si alguien viaja a Mallorca tiene que tomarse un tiempo para visitar galerías en Palma», afirma.

Otra de las aficiones que practica durante sus estancias en Mallorca es el golf, que considera su deporte favorito. Incluso ha participado en algún torneo, como el organizado por Kühn & Partner.

Se da la circunstancia de que este verano se celebró una fiesta privada en Palma para recaudar fondos para el FDP, el partido que lidera este abogado alemán de 47 años, amante de la ópera y de Richard Wagner.

Lydia E. Corral