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Aunque el final 'oficioso' de verano llegó hace unos días, lo cierto es que oficialmente acabó ayer martes a las 23.19 horas, dando paso al otoño. La estación estival nos deja con un tiempo que se asemeja más al invierno, no por las fluctuaciones de las temperaturas, sino por las persistentes lluvias que se registran en Balears desde los últimos días. El colofón se produjo ayer, donde la lluvia cayó de forma persistente e intensa en numerosos puntos de Mallorca.

 

Palma despidió el verano con una imagen totalmente atípica: un día gris y con lluvias que, con más o menos intensidad, se sucedieron a lo largo de todo el día. Y como 'nunca llueve a gusto de todos', dice el refrán, la adversa climatología fue el centro de las conversaciones en lugares públicos y centros de trabajo. Pero si el verano se fue dejando su cara más fea, el otoño se prevé, vaticinan los expertos, también 'pasado por agua'.

 

El panorama urbano de estos últimos días de verano ha venido marcado por los paraguas y las consiguientes molestias que provocan las precipitaciones en una comunidad autónoma acostumbrada, casi todo el año, a las gafas de sol. Pero han sido precisamente chubasqueros e impermeables lo que han abandonado de forma anticipada el armario, aunque a muchos todavía les queda la esperanza de recuperar algunos rayos de sol con el llamado 'veranillo de San Miguel', que está a la vuelta de la esquina.

 

A.J

Foto: J.Aguirre/S.Amengual