Froilán y Juan conocen el Náutico

Tal vez, el que en esta Semana Santa hayamos visto menos a los miembros de la Casa Real española ha sido debido a que no tienen barco. O si lo tienen "la «Llamp»", no es el más adecuado para navegar sobre una mar algo picada, sobre todo a la hora en que se han desarrollado algunas de las pruebas. Porque llevarse un remojón, y más navegando con gente menuda a bordo, no gusta a nadie. Así que nos armamos de paciencia, montamos guardia en los lugares donde posiblemente pensábamos que irían y esperamos. Y he ahí los resultados: la abuela, la madre y los dos primos, Froilán caminando, y Juan, en cochecito, primero, y luego en brazos de la abuela y tía, que, dicho sea de paso, luce un espléndido embarazo. Dos primos que se llevan muy bien y que no se alteran ante ningún tumulto, y ayer, entre fotógrafos, cámaras, seguridad y turistas, lo había, pero, ya decimos: ellos, como dos hombrecitos.

A Juan le llamó la atención la bicicleta de uno de los turistas allí presentes y la Reina le acercó a que la viera. Froilán, que también había reparado en ella, también se aproxima. Luego, se dieron un corto paseo, volviendo a las dependencia del club por los pantalanes, viendo de cerca las embarcaciones que, así que pasen no muchos años, formarán parte de su entorno más inmediato, pues no hay duda de que aprenderán a navegar. Como toda la familia.