Archivo - Chulapa en la pradera de San Isidro | Europa Press - EUROPA PRESS - Archivo

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La ciudad de Madrid ha empezado la cuenta atrás para su día grande, el del patrón labriego San Isidro, y lo hace a ritmo de chotis, con olor a barquillo y rosquillas tontas y listas y con una combinación nueva este año, las parpusas van a convivir con las kufiyas palestinas en los primeros festejos de mayoría absoluta del alcalde, José Luis Martínez-Almeida.

Van a ser trece años los que han pasado desde que el movimiento 'indignado' del 15M tomara las plazas e impulsara un punto de inflexión político y social en el país y fuera de él. Y de nuevo, trece años después, la juventud se pone al frente de otra reivindicación, esta vez el alto el fuego en Gaza y libertad para Palestina.

Almeida se estrena como alcalde de mayoría absoluta en un San Isidro donde la causa palestina sobrevuela el Palacio de Cibeles. Después de descartar la idea inicial de reconocer con la Medalla de Honor al pueblo de Israel al atender el criterio de los Cronistas de la Villa, el Gobierno municipal 'popular' ha propuesto en su lugar la dedicada a la comunidad judía de Madrid.

La recibirá el 15 de mayo en el Palacio de Cibeles, junto al Rayo Vallecano y la historiadora Carmen Iglesias. Se reconocerán también, pero con la Medalla de la Ciudad, a los pregoneros de las fiestas, Hombres G, además de la chocolatería San Ginés, la Fundación Toro de Lidia y las tres Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que operan en la capital: Policía Nacional, Guardia Civil y Policía Municipal.

Más Madrid fue el único grupo que no votó a favor de la medalla a la comunidad judía en el último Pleno, que acabó con la expulsión de su jefa de filas, Rita Maestre, por un encontronazo dialéctico a micrófono cerrado sobre la presencia de simbología nazi en las protestas en la calle Ferraz.

La delegada de Cultura, Turismo y Deporte, Marta Rivera de la Cruz, criticaba desde el hemiciclo la posición de Más Madrid al votar en contra acusándoles de rechazar «todo lo que tiene que ver con el pueblo judío» y manifestando que ese rechazo «tan fuerte y tan radical» les impide «incluso agradecer a aquellos a los que el pueblo de Madrid tiene mucho que agradecer».

Posible ausencia de más madrid

Maestre dejaba esta semana en el aire la presencia de Más Madrid en el acto institucional de entrega de medallas, lo que ha sido afeado por Almeida. Para el alcalde, Maestre se comporta como una «antisistema» y cree que estaría incumpliendo sus funciones de concejala si no acude a Cibeles el próximo miércoles.

«Mis funciones como concejala, como portavoz de la oposición en Madrid, como portavoz de 300.000 madrileños en esta ciudad son la defensa de esos valores que considero fundamentales y que no estoy dispuesta a ceder en ellos», le contestaba la jefa de la oposición.

Esos valores «tienen que ver con la democracia, con la igualdad y también con el cumplimiento de los derechos humanos». Maestre ha insistido que lo que está ocurriendo en Gaza «es una situación histórica y excepcional» y, como tal, requiere «medidas excepcionales, compromiso y valentía». En su último acto público, la celebración del Día de Europa, mostró su rechazo a la guerra con una camiseta por una Palestina libre.

'voy a pasármelo bien'

Política aparte, San Isidro ya está aquí, este año con más días de propuestas culturales, verbena y casetas en la pradera carabanchelera. Los pregoneros han sido Hombres G, con David Summers a la cabeza.

Ya en 1989 sonaron en todas las radios con su 'Voy a pasármelo bien', tema que podría convertirse en el lema de este San Isidro. El vocalista de la banda, David Summers, definía el cielo de Madrid como aquel en el que echaron a volar sus sueños, el escenario de su concierto. Lo hacía desde el balcón de la Plaza de la Villa con un pregón en el que aseguraba que Madrid «está hecha de todos». «Y por eso los que somos de aquí somos de todas partes», razonaba Summers, vecino de Chamberí.

Y junto con la música de Hombres G, en este San Isidro sonará mucho chotis. De hecho, el Pleno de Cibeles ha propuesto a la Comunidad que lo declare bien de interés cultural, como ya lo son las fiestas patronales. Primero lo volvió a poner en el candelero el alcalde, que no dudó el día de su boda en marcarse un chotis con su ya esposa. Y después se ha invitado a la ciudadanía a sumarse.

Matadero ha celebrado talleres para bailar como si de un chulapo o una chulapa de toda la vida se tratara. «La mujer es la que hace girar al hombre, que es un puro eje. Ella mantiene el equilibrio con la mano derecha y con la izquierda se apoya en su pareja», explicaba el Consistorio en un tutorial. También el Ayuntamiento ha promovido que las chulapas y chulapos tomen la Pradera de San Isidro y Las Vistillas con sus trajes hechos por ellos mismos con patrones que han facilitado.

Lo que no será una novedad este año es el despliegue de seguridad y emergencias. Más de 2.000 policías municipales de refuerzo, un número «muy relevante» de ellos de paisano, bomberos, más de 300 efectivos del Samur o la instalación de un puesto sanitario avanzado forman parte del dispositivo que el Ayuntamiento de Madrid está desplegando en los cuatro escenarios de estas fiestas (Pradera, Vistillas, Matadero y Plaza Mayor), que arrancaron el pasado fin de semana.