Archivo - Parque eólico en la provincia de Castellón | Efe - UV - Archivo

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La Asociación Valenciana de Empresas del Sector de la Energía (Avaesen) ha publicado el 'Informe de Situación de las Energías Renovables en la Comunitat Valenciana', que revela que, al ritmo actual, la autonomía necesitaría 150 años para alcanzar los objetivos de instalación renovable fijados para 2030.

Según ha informado la entidad en un comunicado, el documento estudia «a fondo» la situación de las renovables en territorio valenciano y lo sitúa en el contexto español, con el objetivo de «poner en perspectiva las cifras de los últimos años y ser una herramienta útil para comprender la realidad del desarrollo renovable en la Comunitat Valenciana».

Al respecto de la instalación efectiva de capacidad renovable en la Comunitat Valenciana en los últimos años, las cifras del informe demuestran que el territorio «no ha estado a la altura de los desafíos que presenta la transición energética», ya que hoy en día reflejan «una parálisis y un bloqueo burocrático» debido a la normativa actual.

El informe destaca que durante el período 2019-2023, la media de instalación ha sido de 30 MW al año y, por tanto, de continuar a este ritmo, «se requerirían casi 150 años para alcanzar la meta fijada para el año 2030».

Así, a pesar de los avances a nivel nacional y el impulso global hacia las energías renovables, el informe concluye que existe un «estancamiento» en la instalación de capacidad renovable en la Comunitat Valenciana y considera «vital» una instalación masiva de almacenamiento para alcanzar los objetivos de capacidad fotovoltaica y eólica establecidos.

Asimismo, el sector reclama que, para cumplir los ambiciosos objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030, «se requiere una reforma regulatoria urgente, la electrificación económica y más personal técnico» y «acciones decididas por parte de las administraciones para alcanzar los objetivos establecidos y aprovechar su potencial al máximo».

Aceleración

El presidente de Avaesen, Marcos J. Lacruz, ha afirmado que la «aceleración» del modelo energético es «clave» para la competitividad de la industria y la descarbonización de la economía valenciana. «Algo que ya han comprendido otras comunidades autónomas que, al ser comparadas con la potencia instalada de la Comunitat Valenciana, nos deja en una clara situación de inferioridad competitiva», ha manifestado.

El informe también muestra que la potencia instalada proveniente de energías renovables a nivel estatal «avanza a buen ritmo» y pone de manifiesto que, gracias a las energías renovables, «en 2023 se dejaron de emitir a la atmósfera el equivalente a plantar 173 millones de árboles adultos en España».

Según Lacruz, «la Comunitat Valenciana ha instalado muy poca capacidad renovable en los últimos cuatro años, muy por debajo de la contribución que le correspondería por su peso demográfico, territorial y en el consumo eléctrico del país. La escasa instalación hace que la generación eléctrica con fuentes renovables esté prácticamente estancada».

En esta línea, lamenta que la situación «no parece que vaya a cambiar demasiado en 2024 porque, aunque consiguiéramos revertir la situación de bloqueo administrativo, los tiempos de construcción de los proyectos y su conexión a red harán que sea otro año perdido en términos de contribución renovable en la Comunitat».

De acuerdo con Avaesen, a finales del año 2023 el 61 por ciento de potencia instalada en España (en MW) era de fuentes renovables, mientras que la contribución de la Comunitat Valenciana respecto a la capacidad instalada renovable total era de alrededor del 3% de la total instalada a nivel nacional.

En la Comunitat Valenciana, específicamente, la potencia instalada de tecnologías renovables es 2.406,8 MW, lo que supone un 29% de la potencia instalada total de la Comunitat, y asciende a 8.340 MW, con lo que se mantiene en una ratio «muy similar a la de 2019, en el que se obtuvo un 27%».

Autoconsumo

Para Avaesen, «estas cifras insuficientes son indicativas del retraso en la tramitación del potencial renovable proyectado». No obstante, señala que, a pesar de la mala situación general, la Comunitat Valenciana «está mucho mejor posicionada en el ámbito del autoconsumo» y representa casi el 13% del total nacional en esta área. A su juicio, este hecho «indica un compromiso significativo por parte de la ciudadanía y empresas valencianas con la generación de energía limpia y sostenible».

Por otra parte, las fuentes no renovables aún mantienen una presencia muy mayoritaria, con 5933,7 MW en 2023, y suponen más del 70% de la potencia instalada en la Comunitat Valenciana. «Estas cifras tan poco positivas reflejan un retraso considerable en comparación con las expectativas y objetivos establecidos. Es evidente la necesidad de identificar las causas subyacentes de este estancamiento y trabajar en la implementación de soluciones efectivas para revertir la situación», ha apuntado el sector.

En este sentido, el director general de Avaesen, pedro Fresco, ha reclamado un «un cambio radical de tendencia» porque «cada año que perdemos nos alejamos más de las comunidades autónomas líderes. Comunidades que están instando a las nuevas industrias a que se instalen en sus territorios, ya que se genera la energía allí. O revertimos ya esta situación o perderemos multitud de oportunidades».

En relación al autoconsumo, señala que el logro se debe, principalmente, «a un claro compromiso político por parte de ayuntamientos, al ofrecer deducciones en el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) y bonificaciones en el Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO)». Asimismo, la Generalitat Valenciana ha mostrado su apoyo con la deducción en el IRPF y las ayudas a las instalaciones de autoconsumo individual, colectivo y a las Comunidades Energéticas.

Frente a ello, Fresco lamenta que el autoconsumo colectivo haya sido «anecdótico en la transición energética en la Comunitat Valenciana, dado que solo el 0,62% de las instalaciones realizadas hasta la fecha corresponden a esta modalidad. »Este sistema es una poderosa herramienta para fomentar la competitividad de nuestro tejido industrial que está pasando desapercibida y que debería tenerse en cuenta para avanzar en la descarbonización y competitividad que necesitamos", ha indicado.