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El Sporting a base de orden y entrega sumó un punto ante un Real Madrid con muchas bajas, pero que dista mucho de ser el potente equipo que le supone su potencial económico. Un modesto se le subió a las barbas y prolongó la incertidumbre que rodea su juego.

Tras el varapalo sufrido frente al Milán y sin Lass, Cristiano, Benzema o Higuaín, el Real Madrid se vio encerrado en su propio campo por el juego rojiblanco, rápido y vertical. Luis Morán por la derecha entraba como quería ante un impotente Marcelo, que, en cambio, monopolizaba el peligro blanco llegando siempre por la banda izquierda y con las individualidades de Kaká como único apoyo.

Poco a poco el Real Madrid fue haciéndose con el control en el centro el campo, pero la defensa del Sporting estuvo muy centrada. Los locales se adueñaron del balón en el tramo final y tuvieron la mejor oportunidad de los primeros 45 minutos cuando De las Cuevas, tras driblar a Marcelo, encaró a Casillas y le chutó ajustado al poste obligando a que el portero madrileño salvara a su equipo con una gran parada.

La salida del Madrid en la segunda parte no tuvo nada que ver con la del inicio del partido se mostró mucho más ofensivo y la defensa rojiblanca empezó a pasar apuros hasta el punto de que Juan Pablo salvó a su equipo al rechazar con un remate casi a bocajarro de Granero tras jugada de Kaká.

El Sporting perdía el balón con rapidez y el dominio blanco se acentuó. Juan Pablo volvió a salvar a su equipo en un disparo de falta de Kaká. Los minutos pasaban con el Sporting encerrado y con el corazón en un puño vivió los minutos añadidos ante un Real Madrid que llegaba al área en oleadas de remates desacertados.