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Rodeado de un denso pinar, que ofrece una agradecida sombra en pleno verano, y pequeños acantilados de rocas, se encuentra Cala Gat, una pequeña playa de unos 40 metros de longitud y 20 de ancho. Este pequeño arenal destaca por su encanto, remarcado por los intentos colores de sus aguas cristales, que se funden en una bonita estampa con el marrón y el verde. Sin duda, un tesoro de la zona de Llevant. El acceso hasta allí es sencillo y consta de un pequeño paseo por el litoral, sobre las grandes rocas que delimitan la playa.

En uno de los laterales se encuentra la cueva «sa cova des Castellàs». Cerca, también, se erige sa Torre Cega, una torre de vigilancia contra los piratas, edificada en el siglo XVI, ahora reconvertida en torre-museo por la familia March, una de las más adineradas de Mallorca. El espacio cuenta con esculturas y un excepcional jardín botánico. Actualmente se puede visitar tanto el interior como el exterior.

A pesar de lo paradisíaco de la escena, la reciente popularidad de la zona ha provocado la masificación de Cala Gat, en especial durante los meses de julio y agosto, por lo que en ocasiones puede ser difícil plantar la sombrilla lejos del vecino. Si hablamos de transporte, solo se puede llegar a Cala Gat en coche. El lugar está a una hora y cuarto de Palma en coche y cuenta con un aparcamiento gratuito en los alrededores. El transporte público solo llega hasta Cala Ratjada, a unos 25 minutos a pie de distancia.

Características

Servicio de socorrismo: No.
Duchas: No.
Lavabos: No.
Restaurantes: No.
¿Se puede llegar en transporte público?: No.