Fiebre por los Labubu: La novia de Mario Conde luce en Mallorca el complemento que no le puede faltar a tu bolso

Estos peculiares muñecos han dejado de ser un simple juguete para convertirse en un auténtico símbolo de estatus y estilo personal

Mario Conde junto a María José Castellví en la feria náutica | Foto: Alejandro Sepúlveda

TW
1

Mario Conde y su pareja, María José Castellví, disfrutaron de la feria náutica Palma Boat Show, una cita en la que pareja paseó su amor por Mallorca. El financiero mantiene una relación desde el mes de febrero con la empresaria, heredera de una de las familias más poderosas de Cataluña. Castellví, viuda y madre de dos hijos, ha centrado su labor profesional en el sector inmobiliario y turístico y está al frente de Liberia Investments. Además, es una amante de la moda, tal y como demostró con el estilismo que escogió para disfrutar de esta cita.

Castellví apostó por un pantalón de pata de elefante y una chaqueta de tweed en blanco. Pero hubo un complemento que captó todas las miradas: el muñeco que llevaba colgado de su bolso. Pero, ¿qué es exactamente este complemento? El peluche en cuestión es un Labubu, un fenómeno que ha llegado con fuerza en los últimos meses, transformando por completo el concepto de accesorio de moda y conquistando estanterías, bolsos y llaveros de miles de españoles. Estos peculiares muñecos, caracterizados por su estética única que combina lo adorable con toques góticos y misteriosos, han dejado de ser un simple juguete para convertirse en un auténtico símbolo de estatus y estilo personal.

Lo que comenzó como una línea de figuras coleccionables de nicho ha explotado en popularidad. El precio de estos muñecos oscila entre los 25€ y los 120€ para ediciones especiales, cifras que no han frenado la fiebre compradora. Los Labubu nacieron de la mente creativa del artista Kasing Lung, quien fusionó elementos de la cultura kawaii japonesa con toques de fantasía oscura, creando personajes con una identidad visual inmediatamente reconocible. Su diseño rompe esquemas: pequeños monstruos con grandes ojos, dientes afilados y expresiones que mezclan ternura e inquietud.

«No son solo figuras decorativas, son auténticas piezas de arte urbano en miniatura», explica Carmen Vázquez, experta en tendencias de moda y colaboradora de la revista Vogue España. «Su éxito radica en haber encontrado ese punto perfecto entre lo adorable y lo alternativo, conectando con un público que busca diferenciarse». El boom de estos muñecos en España no puede entenderse sin el papel crucial de las redes sociales. Plataformas como TikTok e Instagram han sido determinantes en su popularización, con más de 2,3 millones de visualizaciones bajo el hashtag #LabubuEspaña.

El fenómeno económico tras la fiebre coleccionista

El mercado español no ha sido ajeno al impacto económico de esta tendencia. Las tiendas especializadas en designer toys han visto incrementadas sus ventas en un 78% respecto al año anterior, mientras que el mercado de segunda mano también ha explotado con ejemplares exclusivos que llegan a multiplicar por cinco su precio original. Los Labubu trascienden la categoría de simple juguete o accesorio. Representan una nueva forma de entender el arte accesible y la expresión personal a través de objetos cotidianos.

Su diseño cuidado y su concepto artístico los han convertido en piezas exhibidas en escaparates de las tiendas más exclusivas de la Gran Vía madrileña o el Paseo de Gracia barcelonés. Galerías de arte urbano como Plastic Friends en Barcelona han comenzado a organizar exposiciones temáticas sobre esta forma de arte, atrayendo a un público que tradicionalmente no frecuentaba estos espacios culturales. «Lo que estamos presenciando es la democratización del arte coleccionable», explica Laura Fernández, comisaria de arte contemporáneo.

Su futuro en España

¿Se mantendrá esta fiebre coleccionista o será una moda pasajera? Los expertos apuntan a una estabilización del mercado, pero no a su desaparición. La estrategia de lanzamientos limitados y colaboraciones con artistas españoles mantiene vivo el interés y garantiza su permanencia en el panorama cultural. Marcas españolas como Desigual ya han anunciado colaboraciones con los creadores de estos muñecos para futuras colecciones, afianzando su posición no solo como complemento de moda sino como referente cultural con proyección de futuro en el mercado nacional.

Sea moda pasajera o fenómeno cultural duradero, lo cierto es que los Labubu han conseguido algo extraordinario: convertir pequeños monstruos de vinilo en objetos de deseo que trascienden edades y grupos sociales, demostrando que en el mundo de la moda y el diseño, las fronteras entre juguete, arte y complemento están más difuminadas que nunca.