Comer proteína está de moda y su ingestá está aumentando de manera considerable. Sin embargo, el especialista en Salud Pública y Medicina Preventiva Joan Carles March alerta que tomar demasiada, ya sea mediante alimentos o suplementos, entraña riesgos. «Aunque para la mayoría de las personas sanas, una dieta con alto contenido de proteínas, generalmente, no es dañina; cuando se sigue durante mucho tiempo sí lo es», avisa. En este punto, precisa los ocho riesgos de comer demasiadas proteínas.
1. Aumento de peso. «Muchas personas que quieren bajar de peso, recurren a un mayor consumo de proteínas por su capacidad para saciar. Sin embargo, puede convertirse en un perjuicio, por lo que deberían ceñirse a cubrir sus necesidades diarias».
2. Riesgo de deshidratación. «El consumo de una excesiva cantidad de proteínas intensifica el proceso de pérdida de agua, lo que en consecuencia puede provocar el riesgo de deshidratación. Esto se debe al exceso de nitrógeno que contienen las proteínas, que aumentan la excreción de agua del organismo».
3. Problemas renales. «El exceso de nitrógeno afecta a los riñones porque hay una mayor excreción de calcio, que provoca que el elemento se deposite en las paredes de estos órganos y degenere en una condición muy popular llamada nefrolitiasis, más conocida como cálculos renales. La ingesta excesiva de proteínas no solo puede causar dolor en los riñones, sino también dañar su funcionamiento y conducir a la alteración del funcionamiento óptimo de todo el organismo».
4. Acidificación del cuerpo. «Cuando está causada por el exceso de proteínas está inextricablemente ligada a la alta saturación del sistema con ácido úrico - este compuesto provoca el debilitamiento de la condición y el funcionamiento de los riñones y el hígado, que son responsables de los mecanismos de limpieza».
5. Olor desagradable. «El amoníaco, que es uno de los metabolitos de las proteínas, tiene un olor característico e intenso. El aumento de su nivel provocado por el exceso de proteínas en la dieta puede provocar un olor desagradable en el sudor y la orina, mal aliento y gases intensos. También cabe recalcar que el exceso de proteínas acumuladas en el intestino sufre procesos de putrefacción lentos. Esto, a su vez, provoca la formación del amoníaco mencionado anteriormente, que aumenta el riesgo de cáncer gastrointestinal».
6. Mal humor. «Cuando se exceden los límites y se toman demasiadas proteínas, el organismo entra en en un proceso en el que envía una serie de señales a las que se debe prestar atención. Uno de los primeros indicadores de que has ingerido demasiado es el estado de ánimo. Para estar mejor y sonreír, puedes tratar de entender cuándo reemplazas demasiados carbohidratos con proteínas y reequilibrarlo todo. Eso no significa hincharse a pizza o pasta, sino centrarse en fruta, yogur, arroz o avena».
7. Mal aliento. «Esta es otra de las consecuencias de ingerir muchas proteínas. Si comes demasiada carne sudarás más y tu boca se convertirá en un pozo maloliente».
8. Estreñimiento. «Reemplazar demasiados alimentos con proteínas puede llevar a una falta de fibra, lo que desencadena problemas de estreñimiento».
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