Gestos tan sencillos como decir hola o saludar son muestra de amabilidad. | @ benzoix

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«Incorpora la amabilidad a tu vida y serás más feliz». Esta es la recomendación que da la coach personal y de salud Marga Almarcha. Aunque parece una premisa lógica, lo cierto es que no todo el mundo la aplica, de hecho, cada vez hay menos personas que lo hacen. «Las prisas, la falta de tiempo o simplemente los cambios, hacen que nos veamos inmersos en una sociedad donde cada vez son más patentes ciertas transformaciones a nivel de comportamiento, tanto individual como colectivo», sostiene.

En este sentido, recuerda que «hace años cuando entrábamos en cualquier establecimiento lo normal era recibir un saludo; hoy en día, no es así y parece como si nos hubiéramos acostumbrado a esa forma de hacer. La amabilidad parece estar en desuso». Almarcha puntualiza que «la contradicción la encontramos en las redes sociales, cuando no paramos de dar me gusta a esas publicaciones de amigos o en el creciente uso de emoticonos de caritas sonrientes cuando mantenemos conversaciones a través del whatsapp en un afán de mostrar cierta cercanía y amabilidad. Sin embargo, todo esto nos cuesta mucho en persona».

A su modo de ver, «ser amable responde a la reflexión de tratar a los demás como te gustaría que te trataran a ti. Respeto, simpatía, afecto, educación y humanidad deben estar presentes en la forma en la que interactuamos con las personas, ofreciendo un trato igualitario sin tener en cuenta su condición ni status».

Beneficios de la amabilidad

La coach destaca que ser amables tiene muchos beneficios. Uno de ellos es que «te llena de energía positiva, lo que a su vez se traduce en un estado emocional más óptimo para afrontar tu día a día. También nos ayuda a mejorar nuestras relaciones, ya que ser amable genera proximidad entre las personas lo que nos permite crear un ambiente más distendido, reforzando las relaciones ya existentes y sentando las bases de las nuevas».

Otra de las ventajas de la amabilidad es que «con ella se disminuye la posibilidad de conflictos y, al mismo tiempo, estos se pueden resolver con otra predisposición. Además, se genera un efecto contagioso a nuestro alrededor, lo que propicia que los demás también se vean influenciados y empiecen a tener comportamientos amables». Almarcha destaca que la amabilidad «nos ayuda a reducir el estrés, ya que mantenernos con una conducta amable, cariñosa y afectuosa, con nosotros mismos y con el resto de personas, hace que podamos darnos el espacio suficiente para reflexionar y pensar en la mejor manera para manejar las situaciones estresantes».

¿Estas siendo amable?

Almarcha propone que «nos planteemos si estamos siendo amables y, a partir de ahí, hacer una hoja de ruta para incorporar pequeñas acciones que te ayuden a ampliar tu porcentaje de amabilidad». En este orden de cosas, sugiere que «si tienes dificultad a la hora de identificar qué es ser para ti amable, utiliza la técnica del modelado que consiste en fijarte en una persona que para ti sea ejemplo de amabilidad, observarla, identificar qué actos amables hace, cómo es su comportamiento e intenta ir incorporando poco a poco esos rasgos».

«Otra forma de generar un cambio en ti es imaginarte como esa persona amable que disfruta de los beneficios de serlo. Te pueden ayudar a conseguirlo, técnicas como la visualización; solo tienes que cerrar los ojos, hacer unas respiraciones profundas e imaginarte con todo lujo de detalles en una situación concreta mostrándote amable, sonriendo, ayudando y experimentado cómo te sientes con ello durante unos minutos. Recordemos que la mente no distingue lo real de lo imaginario, así que es una buena forma de acercarte a cómo puedes llegar a ser».

La coach concluye que «la amabilidad es, posiblemente, nuestra mejor carta de presentación y puedes materializarla muy fácilmente con gestos muy sencillos, pero con un gran significado: una sonrisa al entrar en un establecimiento, una muestra de afecto en el momento adecuado, un abrazo, regalar más gracias y más por favor, compartir más, ofrecer ayuda… Intentemos dar al mundo todo aquello que queremos encontrar en él para vivir en plenitud».