El Ministerio de Sanidad recomienda utilizar protección solar con un factor elevado adecuada para cada tipo de piel. | Pexels - Angela Roma

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Pese a que el cuidado de la piel no conoce estaciones, en verano exponemos con más frecuencia mucha más epidermis al sol. La sobreexposición puede ser la causante de enfermedades cutáneas, por lo tanto, debemos protegernos con crema solar. De hecho, la Asociación Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) indica que «la exposición excesiva al sol es un peligro importante para la salud». Otra consecuencia de los rayos UV son la aparición de melanomas, manchas malignas que se forman en las células que producen melanina, el pigmento que le da color a la piel.

Elevada protección

El Ministerio de Sanidad recomienda utilizar «productos de protección solar con un factor elevado y adecuados a su edad, tipo de piel y zona del cuerpo». Asimismo, añade que deben aplicarse generosamente con una frecuencia de dos horas. Paralelamente, la AEMPS recuerda que «ningún protector solar ofrece protección total frente a los riesgos derivados de la radiación solar, por lo que no debe permanecer mucho rato al sol aunque use un producto de Factor de Protección Solar alto». Tanto si tienes lunares como si no, lo recomendable es usar siempre la máxima protección, es decir, una crema solar de SPF 50. Además, hay que tener en cuenta que el sol da en la cara todo el año, por lo que hay que protegerse los 365 días. Por último, los lunares se deben proteger con más reiteración.

Otras precauciones

Pese a que la protección solar es la medida más eficaz para frenar los efectos negativo de los rayos del sol, existen otras precauciones. Por una parte, es importante evitar exponerse en las horas centrales del día, de 12:00 a 17:00. En esta franja horaria es cuando más radiación hay, por lo que cubrirse bajo la sombrilla o con un sombrero es la mejor solución. No podemos olvidar que aunque el día esté nublado, el 90% de los rayos solares traspasan las nubes. Tras la exposición solar, se debe cuidar la piel con una crema hidratante que sea reparadora. También es importante tener una alimentación rica en vitamina E y beber dos litros de agua al día. Finalmente, es conveniente observar la dermis, según recomienda la AEMPS: «Ante cualquier cambio en el color, la forma o el tamaño de manchas o lunares, consulte con un especialista».