El mosquito tigre (aedes albopictus) se caracteriza por su coloración negra con ornamentación blanca en tórax y abdomen. | Pixabay

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Con el verano llegan los mosquitos, y con ellos las enfermedades que transmiten. Las estadísticas indican que son el animal más mortífero para los seres humanos. Un estudio de Statista en 2018 muestra que el insecto fue el causante de alrededor 725 000 muertes. La segunda posición, en ese mismo año, la ocupan los humanos, que causamos 437 000 muertes entre los iguales. A más distancia están los ataques de serpientes, perros, caracoles y otros insectos venenosos. Esta situación preocupa a la Organización Mundial de la Salud que aprobó la Respuesta global para el control de vectores (GVRC) 2017-2030. Con el fin de orientar estratégicamente a los países para el control del desarrollo de los vectores, entre los que destacan los mosquitos. Este control ayudará a prevenir enfermedades y responder a los brotes infecciosos, como la fiebre del Nilo occidental, zika, dengue, fiebre amarilla...

Más allá del mito de la sangre dulce, hay multitud de estudios científicos que indican diferentes motivos.

GRUPO SANGUÍNEO

En cuestión del tipo de mosquito, tienen preferencia por un tipo de sangre. Los mosquitos tigre, según un estudio publicado en la revista científica ‘Journal of Medical Entomology’, prefieren el grupo sanguíneo O por encima del resto.

DIÓXIDO DE CARBONO Y OLORES CORPORALES

Los mosquitos hembra necesitan la sangre de otros animales para completar el ciclo reproductivo. Hace aproximadamente un siglo, el dióxido de carbono (CO₂) fue reconocido como un atrayente de mosquitos. De hecho, este gas ha sido utilizado para atrapar mosquitos hembra que buscan sangre para desarrollar su ovogénesis. No obstante, no hay evidencias que sugieran que el CO₂ tenga implicación en que los mosquitos prefieran a unas personas más que a otras.

En cuanto a los olores que emanamos por la piel, pueden ser una condición química que determina la atracción de mosquitos. Un equipo de investigadores de la Universidad Internacional de Florida (EE.UU), identificó un único receptor de olor, llamado ionotrópico 8a que permite a una especie de mosquito detectar el ácido láctico. El mosquito mencionado es el Aedes aegypti, transmisor del dengue, el chikungunya y el zika.

LOS COLORES

Hay casos en los que los microorganismos manipulan la fisiología de los mosquitos y de los huéspedes humanos para el beneficio de su transmisión. Es el caso de las personas infectadas por el parásito que contagia la malaria, resultan más atractivas para los mosquitos vectores de la enfermedad que las personas sanas.

Identificar cuáles son los factores que influyen en la atracción de los mosquitos hacia determinadas personas ayudará a disminuir el riesgo de propagación de enfermedades infecciosas transmitidas por vectores.