Muchas personas ponen excusas para ir al gimnasio.

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«El día ha sido agotador, mejor voy mañana al gimnasio» o «No tengo tiempo» son dos de las muchas justificaciones que nos podemos decir a diario para dejar de hacer aquello con lo que nos habíamos comprometido. La coach personal y de salud, Marga Almarcha, sostiene que «no son más que excusas que utilizamos una y otra vez para sentirnos mejor, pero que en el fondo nos aleja de lo que es importante para nosotros y que nos puede reportar un beneficio a largo plazo». En este sentido, sostiene que «nuestra mente juega el papel más importante al crear excusas cada vez más creativas que nos hacen convencernos para cambiar nuestros planes, pero que en el fondo no son ciertas, pero que las creemos a pies juntillas».

La coach expone que «normalmente, donde generamos más excusas es cuando tenemos que pasar a la acción, ya que nos va a comportar hacer algo distinto a lo que estamos acostumbrados o simplemente vamos dejando pasar el tiempo invirtiéndolo en otras actividades, evitando hacer aquello es prioritario. Un ejemplo claro es apuntarse al gimnasio a principios de año, muchas personas movidas por los buenos propósitos, se marcan este objetivo. Con un poco de suerte se apuntarán e irán lo que les dure la motivación post navidades y con un poco más de suerte, conseguirán crear un hábito que dure más que la cuota de un mes de gimnasio. Pero siendo realistas, en la gran mayoría de casos no llegan a acostumbrarse a ir».

«Seguramente encontrarás en tu vida multitud de ocasiones donde has dejado de hacer algo o lo has pospuesto continuamente porque, al no tener consecuencias, has dado por sentado que no eran tan importantes para ti; pero en el fondo se puede entrar en una dinámica de empezar y no acabar nada al encontrar fácilmente excusas que nos lleven a actuar de esta manera, lo que genera desgraciadamente que al final cueste un mayor esfuerzo volver a retomarla», expone.

A su modo de ver, «las excusas son ese Pepito Grillo que aparece en el momento más oportuno para ponernos en bandeja de plata la mejor justificación para hacer eso que en ese justo momento nos va a generar incomodidad y que, como al cerebro no le gusta vivir en ese estado, empieza a boicotearnos generando pensamientos para no tener que luchar contra ella; y así sin darnos cuenta la mente va creando toda una batería de excusas a cuál más creíble que utilizarás para dejar de tomar acción. Con ello se consigue seguir viviendo en una continua comodidad ya que, los cambios cuestan esfuerzo y normalmente la recompensa es a largo plazo». En su opinión, esto en muchas ocasiones no nos gusta, porque nos aleja de esa gratificación inmediata a la que podemos estar acostumbrados. En este proceso dejamos de ver y, sobre todo de vivir la posibilidad de poder disfrutar de una recompensa mayor en el futuro». «Para poder desenredarte de tanta justificación es importante que empieces a ponerte sobre la pista de qué sueles decirte, para ello te pueden ayudar estos consejos»:

«Pon tu alarma cuando te escuches decir 'mañana lo haré' o cualquier otra frase por el estilo. Seamos realistas, ese mañana nunca llega, así que ponte la alarma y desecha ese pensamiento. Marcarse pequeños objetivos con un tiempo de inicio y fin es preferible a ponerse un objetivo demasiado ambicioso que solo te llevará a posponerlo por no saber por dónde empezar. Prioriza en lo que realmente es importante para ti y en lo que sabes que no te vas a poner excusas. Te ayudará a coger confianza, responsabilidad y sensación de que eres capaz. Escucha lo que te dices en estas ocasiones para no tirar la toalla, todo ello te servirá para aquellas situaciones que se te resistan. Si lo has podido hacer una vez, podrás hacerlo más veces». «No te ofrezcas muchas alternativas que te hagan poder cambiar de planes o de acciones; sintetiza y concreta para no salirte del plan».

Evita distracciones. «Para ello, anota tus cosas en una agenda de papel en vez de en el móvil que te puede llevar a invertir y perder tiempo en revisar redes sociales, mails… Cuanta más cosas tengas cerca de ti que te gusten, más difícil será que empieces con lo que te has propuesto. Así que evita tener el mando de la tv cerca (mejor si los guardas), guarda el móvil en un cajón en otra habitación…
Quítate la etiqueta de 'Yo soy así' que solo lleva a hacer todo aquello que demuestra esa etiqueta que te has puesto. Tú no eres así, tú haces cosas que tienen como resultado X. Empieza a verte cómo esa persona que consigue eso que quiere.

La coach concluye que «vencer las excusas no es fácil, sobre todo porque nos resultan muy útiles, y pasa por ser honesto con uno mismo, con una misma para reconocer que en determinadas ocasiones las usas y responsabilizarte de ello para poder crear otros pensamientos que puedas repetir si te surgen las temidas excusas. Al final es importante tener en cuenta que cuando utilizamos una excusa estamos perdiendo una oportunidad maravillosa para pasar a la acción e ir mejorando cada vez más y, con el esfuerzo necesario, al final conseguirás aquello que te propongas».