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Tal vez el término benzodiacepinas no nos resulte familiar. Este fármaco es más conocido como ansiolítico o medicamento para dormir ampliamente utilizado en trastornos de ansiedad o del sueño. La forma de identificar las benzodiacepinas es relativamente fácil, pues debe terminar en -lam o -pam.

La facilidad con la que se recetan este tipo de medicamentos asusta. Aunque los médicos suelen dispensar las dosis más bajas, por ejemplo Alprazolam de 0,25 gr para casos de ansiedad o ataques de pánico, lo cierto es que existen riesgos relacionados con estos fármacos que conviene conocer.

Las benzodiacepinas son medicamentos que actúan sobre el sistema nervioso central tranquilizando a la persona que las toma. Su consumo está destinado para problemas de ansiedad, insomnio y estrés prolongado. Incluso pueden recetarse en los casos en los que se sufre síndrome de abstinencia por dejar de fumar, beber alcohol, etc., según explica la Fundación FEMEBA.

Alprazolam, Lorazepam... Todos los fármacos que terminan en -lam o -pam son ansiolíticos y su uso debe ser muy estricto. Pues si hay algo que caracteriza a este tipo de medicamentos es que pueden provocar adicción.

Hay personas que llevan un año o dos tomando benzodiacepinas, lo que es no solo terrible, sino preocupante. El uso de estos fármacos debe estar muy controlado, ya que sus efectos secundarios pueden afectar a la salud de las personas. Por esa razón, no deben tomarse más allá de los 3 meses.

El motivo está en que, como bien indica el artículo Benzodiacepinas: Riesgos en su Uso Prolongado, "se ha estimado que tras 3-12 meses de uso, un 10-20% de los pacientes se hacen dependientes de las BZD, elevándose hasta un 45% cuando se supera el año". Por ello, 3 meses es el límite.

Pero, además de esto, conviene siempre comenzar con la dosis más baja que es unos 0,25 gramos. Además, por lo general los médicos recomiendan solo consumir el fármaco cuando se tenga el síntoma. Así, se evitará tomarlo todos los días, lo que prevendrá que el cuerpo se acostumbre rápido a él.

Aunque hemos hablado sobre la adicción que puede causar las Benzodiacepinas, es muy importante tratar otro tipo de riesgos que pueden aparecer si se supera el tiempo recomendado (3 meses). Según el Ministerio de Sanidad el uso prolongado de estos medicamentos provoca:

Las caídas y fracturas son frecuentes en personas mayores y, por eso, se han puesto en marcha iniciativas como YONOMEBENZO que intentan concienciar de los peligros de las benzodiacepinas y moderar su consumo.

Aunque las benzodiacepinas sean importantes y útiles para permitir a personas con ansiedad, estrés o insomnio reducir su malestar, estas pueden conseguir enmascarar el problema. Por eso, conviene combinar su toma con terapia psicológica.

Este tipo de medicamentos complementarán la terapia hasta que las personas que los toman sean capaces de gestionar su ansiedad o estrés, y dormir mejor, sin necesidad de tomarlos. En caso contrario, se generará una adicción, ya que no se están barajando otras opciones para hacerle frente al problema.

Aturdimiento, problemas de memoria, cansancio... Las benzodiacepinas tienen efectos secundarios que tranquilizan, sí, pero también condicionan la vida. Por eso, conviene tomarlas con precaución. Depender de estos medicamentos puede afectar a la calidad de vida, las relaciones sociales, el bienestar... y, además, no olvidemos los riesgos a largo plazo que conllevan.