El modo que tiene cada persona de mirar la vida influye mucho en su bienestar. | Pixabay

TW
0

El modo en el que cada persona mira la vida influye mucho en su percepción. La coach de salud y experta en inteligencia emocional aplicada a la nutrición, Marga Almarcha, recurre al símil de las gafas y explica que «cada uno de nosotros solemos elegir un tipo o estilo porque vemos o sentimos que nos quedan mejor, son más cómodas y nos pegan con casi todo aquello que tenemos en el armario y que nos queramos poner».

«Si lo extrapolamos a la realidad; nos daremos cuenta que cada uno de nosotros tenemos una manera distinta de observarla. Cuando esa realidad llega a nuestra mente pasa un primer filtro ya que se topa con nuestras experiencias, creencias, pensamientos…y aquí, es cuando nos damos cuenta de las gafas que llevamos puestas».

Almarcha sostiene que «nuestra actitud nos predispone a estar más receptivos o, por el contrario, un poco más reactivos, lo que puede condicionar nuestra relación con nosotros mismos y con nuestro entrono». «La importancia en cómo nos tomamos las cosas, y más en los tiempos que estamos viviendo, hace que nos planteemos si aquellas gafas que compramos un día nos sirven ahora», añade.

En su opinión, «mirar la vida con las 'gafas del sí' es mirar la vida con una actitud abierta, receptiva y creativa, siendo conscientes de que aunque tengamos malos momentos, nos ocurran cosas desagradables o simplemente, estemos enfadados; no somos presos de nuestras circunstancias. Podemos elegir otra manera de sentir lo que nos ocurre, que nos dé más tranquilidad y equilibrio y, que nos ayude a tener un bienestar mayor». En este punto, recurre a Laurie Santos para puntualizar que «siendo consciente de que vivir una vida feliz no consiste en sonreír siempre y pensar en positivo».

¿Cómo empezamos a cambiar nuestra mirada ante la vida?

La coach expone que «mejorar tu mirada pasa por cambiar dónde pones el foco de tu atención, poner tu mirada en lo que sí eres, en esa belleza oculta que tienes y que normalmente no identificas, es el comienzo».

También es fundamental «agradecer lo que sí tienes y has conseguido. El agradecimiento es la primera pista para empezar a cambiar tu mirada». Esto «evitará que te compares y por ende, la queja que muchas veces evita ese bienestar del que podemos disfrutar.

No obstante, advierte que «como todo en la vida requiere práctica», por lo que aconseja «cada día dedicar un rato a ver, sentir y actuar de forma diferente ante las cosas que te ocurren, fijarse en las soluciones y no en los problemas; dejar de etiquetar como 'bueno' y/o 'malo las cosas que te pasen, entendiendo que ocurren y vienen de la mano de un aprendizaje».

Otra de sus recomendaciones es comenzar a «hacerte preguntas poderosas, que te empoderen y que te ayuden a generar en ti ese cambio que deseas, que te va a llevar a encontrar tu mejor versión».

«¿Vas cambiando tus gafas cuando te aumentan las dioptrías para ver mejor? Seguro que sí. Seguro que te das cuenta de lo bien que ves con el cambio y hasta puedes pararte a pensar cómo has tardado tanto en cambiarlas. Pues lo mismo ocurre con tu mirada ante la vida.Ten confianza, práctica y, sobre todo, disfruta del beneficio de empezar a mirar la vida con las gasfas del sí. Como diría Victor Küppers 'la actitud multiplica'», concluye.