Las vacunas enseñan al sistema inmunológico cómo defenderse ante posibles amenazas.

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Las vacunas son preparaciones compuestas por microorganismos como virus o bacterias que se encuentran inactivados, atenuados o que son derivados de los mismos, y que se administran para prevenir ciertas enfermedades que pueden ser potencialmente graves e incluso mortales.

Así, «recrean la enfermedad sin producir la infección, y de esta manera estimulan el sistema inmunitario para que este desarrolle defensas que actuarán en el momento en que se contacte con el microorganismo que produce la infección y la enfermedad», destacan en la Asociación Española de Vacunología.

Las vacunas enseñan al sistema inmunológico cómo defenderse ante posibles amenazas y, por ello, se administran diferentes dosis para prevenir enfermedades como la varicela, la hepatitis B, el sarampión o la gripe en cada etapa de la vida, dependiendo de la edad.

El Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (AEP) también cada año las recomendaciones de vacunación, a nivel general, en edad infantil y en la adolescencia. Sin embargo, recomiendan consultar el calendario propio en cada comunidad o ciudad autónoma.

En este sentido, a la edad de 12 años aconsejan la administración de una dosis de refuerzo frente a la difteria, el tétanos y la tosferina con Tdpa. En total, recomiendan la administración de cinco dosis de esta vacuna: a los 2, 4 y 11 meses, y a los 6 y 12-14 años.

Por otro lado, se debe administrar una vacuna frente a los meningococos ACWY (MenACWY) entre los 12 y 14 años de edad, aconsejándose un rescate progresivo hasta los 18 años. Por último, se recomienda poner la vacuna del virus del papiloma humano (VPH) en niñas y niños a los 11 o 12 años. «La carga de la enfermedad neoplásica en el varón por este virus es también importante», indica el Comité Asesor de Vacunas de la AEP. Esta vacuna se administrará en dos dosis con un intervalo de tiempo de, al menos, seis meses.